Fue en los años 50's donde se escucho por primera vez el término “epigenética” por el genetista y embriólogo escoces Conrad H. Waddington; quien lo definió como “el análisis causal del desarrollo”, que implica todas las interacciones de los genes con su medio ambiente. El investigador desarrolló el concepto del “paisaje epigenético”, que trata la visualización como cimas y valles que representan regiones con alta y baja concentración de marcas epigenéticas, respectivamente.
Estos puntos representan los destinos finales de las células es decir, los diferentes tipos de tejido. El mencionado paisaje epigenético describe las opciones que tiene una célula en un embrión; los puntos clave del desarrollo, y se dirige hacia un punto u otro por acción de factores inductores embrionarios o genes homeóticos (aquellos que, al sufrir mutaciones, producen cambios en las rutas del desarrollo y ocasionan defectos fenotípicos conocidos como “transformaciones homeóticas”; Slack, 2002).