Desde la antigüedad, la piedra de Jade ha sido apreciada y utilizada por muchas culturas diferentes. Actualmente el uso de este mineral se ha popularizado en gran manera en las rutinas de belleza.
Entre algunas de las propiedades curativas que se le atribuyen a esta piedra, que trata no sólo los problemas físicos sino también la causa de ellos, son los siguientes:
- Minimiza el estado de irritación, por lo que transmite una sensación de calma
- Crea y mantiene el balance entre las proporciones de sal y agua del cuerpo, así como de los fluidos ácidos y alcalinos
- Ayuda a sanar los puntos de sutura
- Contribuye a la eliminación de las toxinas del cuerpo
- Aumenta la producción de colágeno de la piel
- Disminuye el tiempo para la renovación de las células
- Minimiza los poros dilatados
- Ayuda a aliviar dolores de cabeza cuando el masaje se hace hacia las sienes
- Aumenta la elasticidad de la piel, tonificando y reafirmando los músculos
- Reduce las manchas producidas por la acumulación de toxinas en zonas específicas
- Desvanece la hinchazón del rostro y reduce significativamente las arrugas alrededor de los ojos
¿Cómo usar el rodillo de jade en el cutis?
En primer lugar, es importante que el rodillo se encuentre siempre frío antes de iniciar la rutina de belleza ya que esto permitirá potenciar el efecto desinflamatorio en las bolsas y las ojeras, y también tendrá un efecto beneficioso en los poros, devolviendo una apariencia fresca y descansada al rostro, por lo que una muy buena recomendación es dejar siempre el jade roller en la nevera.
Para el paso siguiente es necesario que la piel esté limpia y sin residuos de maquillaje ya que se debe de aplicar sobre el rostro crema o aceite para ayudar al rodillo a deslizarse suavemente por el rostro, es importante que la crema o aceite que decidas sea apropiado a su tipo de piel ya que ayudará a que el producto se absorba mucho mejor en la piel.
La técnica se centra en masajear con el rodillo facial de Jade de manera ascendente y por secciones, empezando desde el centro hacia los lados y de abajo hacia arriba, llevando a cabo unas 3 repeticiones por sección del rostro; de esta manera los líquidos acumulados serán drenados hacia afuera de la cara. Para la zona del cuello, se recomienda realizar masajes hacia abajo en dirección a la clavícula con el fin de no llevar líquido hacia la zona de la cara.
Algunos aceites ideales para los masajes con el jade roller son:
Aceite de girasol: antioxidante y rico en vitamina E, utilizar sin refinar.
Aceite de almendras: uno de lo más usados popularmente ya que devuelve elasticidad a la piel.
Aceite de sésamo: proporciona al instante un efecto reafirmante porque es absorbido por la piel de manera inmediata.
Aceite de aguacate: no se recomienda aplicarlo en pieles grasas. Ideal para pieles secas o deshidratadas ya que es un poco graso, pero es el que más nutrientes aporta a la piel.
Aceite rosa mosqueta: imprescindible en las rutinas de belleza y tratamientos faciales, contiene propiedades antiarrugas que ayudan al rejuvenecimiento facial regenerando la piel y disminuyendo manchas y cicatrices
Aceite germen de trigo: también es renovador y rejuvenecedor gracias a la alta cantidad de vitamina E que posee. Es un poderoso antioxidante que contribuye a la hidratación de las células de la piel.
Aceite de avellana: es un aceite apto para pieles grasas, contiene un alto grado de fósforo y es cicatrizante y reafirmante.
El tratamiento facial con el rodillo de jade se puede realizar ya sea en la noche o durante el día. Como mínimo la rutina debe hacerse al menos una vez al día , aunque lo ideal para ver resultados mucho más rápido es hacerlo dos veces al día, una vez por la mañana para desinflamar y deshacerse de la “cara de dormida”, y otra vez por la noche para lograr un rejuvenecimiento facial, ya que mejora la circulación y, como se mencionaba antes, los productos que utilices tendrán una máxima absorción en la piel del rostro, cuello y escote.
Por otra parte, también es importante mencionar que el proceso de limpieza del rodillo después de usarlo es bastante fácil, solo ten en cuenta que no debes sumergirlo en agua ni aplicarle jabón, o algún químico de limpieza, ya que esto podría dañar la piedra. Bastará con pasarle un paño húmedo para limpiarlo y otro paño seco para terminar de absorber la humedad.