Como se sabe, el acero desde hace ya más de 150 años originó la revolución industrial, y desde entonces forma parte de la vida cotidiana puesto que se encuentra en gran cantidad de objetos de uso común, los automóviles, las casas y edificios donde vivimos entre muchos otros aparatos que hacen nuestra vida más fácil.
El acero es resistente ante la corrosión, es ligero, duradero y reciclable, sin embargo una de las mejores características del acero es lo adaptable y moldeable que puede llegar a ser, se le pueden dar múltiples acabados, puede tomar la estructura de una lata de comida hasta ser la columna vertebral de grandes edificios y puentes, es por ello que las nuevas tendencias arquitectónicas en pleno siglo XXI tanto en construcción, decoración de interiores y exteriores, sin duda lo incluyen.