El camino arrancó en el siglo XX y no avista fin en el siglo XXI. Como si el tiempo no hubiera pasado. A pesar de que ya son 23 Grand Slam, 72 títulos y dieciocho años de hazañas casi ininterrumpidas, Serena Williams no parece dispuesta a bajar el pistón. Como las grandes, arrancó el 2017 con una final en el Open de Australia tras un 2016 complicado y como las mejores, certificó con el título su vuelta a lo más alto tras derrotar en la final a Venus Williams, su hermana, por un claro 6-4 y 6-4.