La red de carreteras se desarrolló con un fin eminentemente práctico y militar pues pretendía permitir a las legiones una buena calzada por la que marchar lo más rápido y cómodo posible. Fue tal el desarrollo de ingeniería y la inversión económica que llevaron a cabo, que muchas de estas calzadas fueron las mejores y se utilizaron en muchas partes de Europa hasta el siglo XIX.