Visualizando una imagen del futuro, emerge a más de 820 pies de altura, en el desierto de Negev, cerca del kibutz Ashalim, al sur de Israel, la que se convertirá en la torre termosolar más alta del mundo. No sólo por la altura de la torre se ve espectacularmente inmensa esta construcción.
Su entorno está rodeado por 50,000 espejos que abarcan la longitud de 665 campos de futbol, dichos paneles son como los girasoles, seguirán por el día la trayectoria del Sol y ayudarán a amplificar la potencia de la producción de energía.
Los espejos tienen la función de dirigir los rayos del sol hacia la torre solar en un proceso que genera unos 540°C que se concentran en la torre para producir electricidad. Todos los espejos se controlan mediante una red Wi-Fi para proyectar los rayos del sol hacia la torre. La firma de ingeniería francesa Alstom está supervisando la construcción utilizando partes de BrightSource Energy y Electric. Se estima que la estación proporcionará 121 megavatios de electricidad (2.0% del consumo israelí), o sea el equivalente del consumo de una ciudad de 110.000 viviendas, lo que la convierte en la más grande de su tipo en Israel y la quinta más grande del mundo. La obra total tiene un costo aproximado de 563 millones de dólares.
En esta estación se combinará 3 tipos de energía: energía solar térmica, energía fotovoltaica y gas natural. Se planea una planta fotovoltaica de 30MW y, además, una planta CSP de 121 MW, por Megalim Solar Power, una empresa conjunta entre Brightsource y Alstom.
En la actualidad en Israel la tendencia es utilizar la energía del sol. Para garantizar la transición energética, algo clave en un país pequeño y aislado en Oriente Medio, Israel se ha propuesto a cubrir con energías renovables el 10% de sus necesidades antes de 2020. La energía solar ya forma parte de la vida diaria de todos los habitantes israelitas gracias a los paneles instalados en los tejados.
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Fuente: ENLACE JUDIO