El hierro es considerado uno de los metales más duros en comparación con otros de su tipo. Su origen data de 1700 a.C. Se considera que, desde aproximadamente mediados del siglo XVII, la sustitución del carbón vegetal por el mineral permitió obtener hierro fundido en grandes cantidades; las características propias del metal permiten lograr piezas duras, inflexibles y resistentes a la compresión, de ahí que es apropiado para la construcción de máquinas, raíles y también para la arquitectura. A partir de este avance, cultural y social, se empezaron a edificar las primeras estructuras arquitectónicas con forja.
En un principio sólo se utilizaba para realizar pequeños acabados; elementos decorativos y ornamentales, tales como cierres, rejas o protecciones. Posteriormente, considerando su gran capacidad de resistencia, se fue utilizando en estructuras de gran calado. Ejemplo de ello, el sistema de cañerías de los Jardines de Versalles (Francia) construido en el siglo XVIII y que hasta hoy surten sus fuentes.
Con el pasar del tiempo, durante el siglo XIX la tecnología del mismo no dejó de desarrollarse y el hierro forjado alcanzó excepcional relevancia cuando se inventó el laminador universal y pudieron lograrse grandes vigas. Más adelante, el acero (recordamos, una combinación de hierro y carbono) sustituiría al hierro fundido y forjado por su resistencia y elasticidad. Es en este siglo donde propiamente podemos observar grandes obras de arquitectura, tales como: Torre Eiffel y La Galería de las Máquinas en Francia y el Real Jardín Botánico de Kew en Londres.
Ya para el siglo XX el hierro empieza a combinarse con otros elementos tales como vidrio, madera y cerámica. Logrando piezas interesantes en ventanales, puertas, miradores y balcones.
Hoy día puede ser opacada la forja por la utilización de otros materiales de uso reciente, acero inoxidable, aluminio y cristal; sin embargo, es un metal que no pasa de moda, se pueden lograr aleaciones con otros metales y obtener piezas únicas de gran admiración en la arquitectura moderna.
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Fuente: Ulma