La Semana Santa, es para los cristianos una de las celebraciones más importantes en el calendario litúrgico, se considera un período de reflexión, penitencia y conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. A diferencia de otras festividades religiosas que se celebran en fechas fijas, tales como fiestas de algún patrón (santa o santo), Navidad, Día de Reyes, etc.
Es conocidos por todos que la celebración de la Semana Mayor católica varia en fechas año con año. Sin embargo, no todos conocemos el porqué de esta movilidad. Las fechas de la Semana Santa se modifican anualmente debido principalmente a que están determinadas por el calendario lunar y el equinoccio de primavera. El calendario lunar se basa en las fases de la luna, mientras que el equinoccio de primavera marca el inicio de la primavera en el hemisferio norte.
Aunque las fechas cambian anualmente, generalmente se realiza en los meses de marzo y abril. A diferencia de la Navidad, que se festeja invariablemente cada 25 de diciembre, la Semana Santa sigue un sistema determinado por eventos astronómicos.
Recordemos que la Semana Mayor, inicia con el Domingo de Ramos y culmina el Domingo de Resurrección, abarcando diferentes rituales y prácticas religiosas. Alrededor del mundo, durante este período, se vive con una intensidad particular, reflejando la diversidad cultural de la fe cristiana, a través de llamativas procesiones.
En resumen, podemos concluir diciendo que las fechas de Semana Santa no sólo son una conexión teológica profunda dentro del cristianismo; también es una interdependencia con antiguos sistemas de medición del tiempo basados en los ciclos lunares.
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Fuente: Infobae