Si eres de las personas que se preocupan por llevar dietas adecuadas y sanas, te interesa saber qué es el Kéfir y de qué manera mejora tu salud.
El kéfir es una bebida fermentada, muy similar al yogurt que todos conocemos; éste se elabora a partir de la fermentación de la leche y en algunos casos en agua utilizando granos de kéfir. El origen de éste fermentado es turco y significa “sentirse bien”. En Europa a diferencia de América Latina, se consume desde hace cientos de años, particularmente en la región montañosa del Cáucaso, adoptados por varias culturas y quienes poco a poco fueron mejorando la manera artesanal de producirlo.
Todo inicia con una combinación única y sinérgica de bacterias ácido-lácticas, bacterias ácido-acéticas y levaduras. Estos microorganismos forman los gránulos de kéfir, una estructura blanca y gelatinosa que es responsable de la fermentación de la leche. Durante el proceso, las bacterias ácido-lácticas fermentan la lactosa de la leche, produciendo ácido láctico. Aunque es importante mencionar la composición microbiológica y el sabor del kéfir puede variar según el método de producción (casero o comercial). Adicionalmente, podemos es una excelente fuente de proteínas, calcio, vitamina D y vitamina K2.
En la actualidad se ha comprobado que el consumo regular de kéfir aporta grandes beneficios para la salud. Ayuda positivamente en la modulación de la microbiota intestinal actuando como un alimento probiótico. Las bacterias ácido-lácticas presentes en el kéfir convierten la lactosa en ácido láctico, lo que disminuye su contenido en lactosa en comparación con la leche no fermentada. Por esto, aunque la tolerancia de cada persona es variable, el kéfir podría ser más fácil de digerir que la leche para algunas personas que presentan intolerancia a la lactosa. Por otro lado, ayuda de igual forma aportando nutrientes esenciales para la salud ósea, preveniendo aparición de la osteoporosis, protege el sistema inmunológico y controla la aparición de alergias.
Es el momento de incluir Kéfir a tu dieta, se puede consumir en el desayuno o la merienda, puede endulzarse con miel o mezclarse con frutas como plátano o fresa.
Fuente: Tuasaude
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