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Uno de los recintos históricos más importantes de nuestro país es el Monumento a la Revolución que aún conserva su estructura original, lo más increíble es que es uno de los monumentos en el mundo que pueden ser explorados por completo, desde el cimiento hasta la parte más alta que es la linternilla. Hasta antes del 2009 era sólo un edificio ornamental.
En esta fotografía se puede apreciar el monumento sin el elevador actual.
En el 2010 se inicio un proyecto de restauración para celebrar el bicentenario de la independencia y el centenario de la Revolución Mexicana, en el cual se remodelaría la plaza, la instalación del Museo Nacional de la Revolución, una cafetería y un elevador de cristal y acero inoxidable que llegaría a la cúpula.
En el Museo Nacional de la Revolución se muestra el desarrollo del movimiento mexicano a través de más de 400 piezas: insignias, banderas, documentos y fotografías. La cafetería ¨Adelita¨ tiene un diseño que simula con réplicas exactas un ferrocarril del siglo XX.
El proyecto Revolucionarte fue construido con las palabras revolución, evolución y arte, que fue un concepto creado por el equipo del Monumento a la Revolución para mantener este espacio vivo. El objetivo de este proyecto es que las personas que lo visiten se lleven una grata sorpresa al encontrar alguna exposición, concierto o cualquier manifestación de arte.
Uno de los elementos más importantes que le dan vida al monumento, es el elevador que tiene una medida de 2.50 x 3.50 x 50 metros de altura.
Para la construcción de este grandioso elevador se utilizó acero inoxidable austenítico 304 con un acabado pulido de 3 calibre 14 para forrar sus columnas y para la manguetería que sostiene el cristal, en la tornillería también se hizo uso de acero inoxidable.
El elevador panorámico de cristal e inoxidable conduce al mirador intermedio donde se puede observar una vista de 360° de la Ciudad de México a 65.7 m de altura.
También se instalaron 300 Metros de sistemas de barandales elípticos de acero inoxidable que fueron instalados con tornillos, tuercas y rondanas de este material para asegurar su durabilidad y estética.
Los barandales de acero inoxidable son ideales para áreas públicas que tienen gran tráfico de gente como es el monumento, porque su acabado terso hace que sea difícil que las bacterias se adhieran y sobrevivan en su superficie. Además son fáciles de limpiar y resisten el vandalismo.
Como se pudo observar en las imágenes, el acero inoxidable encaja perfectamente con otro tipos de materiales y se integra perfectamente con monumentos antiguos.
Este grandioso monumento a la Revolución lo podemos encontrar en la plaza de la República, Tabacalera, Cuauhtémoc.
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Fuente : Suma
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