Laminas y Aceros

En nuestro entorno existen muchas historias que narran sobre este fenómeno, habitantes de épocas pasadas de Sinanché, Yucatán relacionan una fecha. Cuentan que el 3 de mayo por la madrugada y noche, le puede suceder al que tenga suerte, ver fuego en un lugar del terreno, ese fuego muestra que en ese punto del terreno hay un tesoro enterrado y quiere ser descubierto. La persona que lo experimenta no debe comentar lo que le sucedió a nadie porque el dinero o tesoro enterrado se puede convertir en carbón. Muchos no saben pero en sus terrenos de sus casas pueden tener enterrados ollas con monedas de oro.

Personas dedicadas a buscar tesoros se dan a la tarea de buscar en los montes del pueblo la riqueza que suponen esta oculta ahí. El 3 de mayo que es el Día de la Santa Cruz caminantes del Mayab se ponen atentos para tener la dicha de ver la aparición de flamas de fuego que indican dónde están los tesoros enterrados. Se dice que es un mito extendido por todo el mundo y que cada día 3 de mayo se cumple un ciclo por el cual los tesoros enterrados sacan gases que al contacto con el aire se forman llamas ardientes.

Pero se debe tener mucho cuidado cuando se va a excavar para sacar los tesoros, ya que, las personas se exponen a oler los gases y pueden sufrir una intoxicación, con el peligro de hasta poder morirse. Se dice que había una costumbre que hacían los hacendados por muchos siglos y era ocultar sus riquezas en sus casas, terrenos o lugares apartados del campo. A este hecho lo acompañan la costumbre sangrienta, ya que, el dueño del tesoro mataba al peón que lo ayudaba a enterrar su tesoro para que nadie mas que él supiera dónde se encontraba.

Por medio de esta macabra conducta se cuenta que el espíritu de la persona muerta se quedaba atrapada en el lugar donde fue enterrado dicho tesoro y que cuando alguien intentaba rescatar el tesoro no los dejaba sacarlo los ahuyentaba. Existe otra versión que señala que si eran tesoros enterradas por antiguos chimales ese tesoro se quedaba bajo el dominio de guardianes que podían ser culebras con alas, y quien quisiera o intentara sacarlo se metía en un mundo de terror diabólico y moría por medio de un terrible sufrimiento al ser devorado.
Fuente : Por Esto
Otras Fuentes : Laminas y aceros de Yucatán