Majestuosa pieza de la arquitectura moderna, ubicada en pleno corazón de Barcelona en el Paseo de Gracia (Passeig de Gràcia), una avenida en la que la elegancia y el modernismo se entrelazan en una danza arquitectónica que enamora a quienes la visitan; y es que el Passeig de Gràcia no solo cuenta una parte de la historia de la ciudad, sino que también encarna la esencia de sus edificios.
La Casa Milá también conocida como La Pedrera, se considera uno de los edificios más significativos y representativos de la ciudad. Sin embargo, es importante resaltar que existen también otras piezas importantes de arquitectura tales como la Casa Batlló, La Casa Amatller, La Casa Bonet, La Casa Mulleras, La Casa Lleó Morera; en conjunto denominadas "la Manzana de la Discordia". Este rincón de la ciudad es mucho más que un simple conjunto de edificios, es un escenario de rivalidades artísticas (Gaudí, Josep Puig i Cadafalch, Marceliano Coquillat, Enric Sagnier, Lluís Domènech i Montaner) y un escaparate del modernismo catalán en su máxima expresión.
Este precioso edificio fue diseñado por el reconocido arquitecto catalán Antoni Gaudí. Fue construido entre los años 1906 - 1912 por un encargo especial del industrial Pere Milà i Camps y su esposa, Roser Segimon i Artells. Un edificio que combina formas onduladas, aludiendo al mar y a motivos vegetales.
Estructuralmente hablando, el edificio se divide entre estructura y cobertura. La fachada de piedra no tiene ninguna función de soporte de carga, es diseño y estética visual. Las vigas de acero con la misma curvatura soportan el peso de la fachada uniéndola a la estructura. Esto le permitió a Gaudí diseñar la fachada sin limitaciones estructurales; y en última instancia, permitió su concepción de una fachada continua curva. La estructura que soporta el techo, también, permite una geometría orgánica. Compuesta por 270 arcos parabólicos o catenarios de ladrillo de altura variable, según la crujía, una especie de estructura de "columna vertebral torácica".
Para lograr las diversas formas de este edificio, se combinó piedra, ladrillo, hierro forjado, cemento, cerámica y vidrio. Elementos que al ser mezclados aportan una sensación de serenidad y armonía.
Gaudí fue un genio de la estructura y la forma, y la Casa Milà es un ejemplo de fe de ello.
Fuente: AD Magazine
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