Construir o remodelar un baño no es una tarea tan fácil como aparenta, ya que elegir un diseño que no vaya acorde a la estética de la casa o edificio puede ser contraproducente a nivel visual, de igual manera elegir los mejores materiales pueden ser un dolor de cabeza.
Si bien, actualmente hay una infinidad de opciones para todos los elementos del baño, especialmente para los lavabos, elegir el adecuado puede ser todo un reto, pues hay que considerar los pros y contras no solo del diseño, sino también del material con que están hechos.
Lavabos de cerámica o porcelana
Estos lavabos son los más comunes o tradicionales, este se debe a su precio económico, además que son resistentes y fáciles de limpiar, otra ventaja de estos es que pueden ser de diferentes formas o colores y aunque son materiales similares no son iguales, pues la porcelana permite acabados más depurados y elegantes.
Lavabos de acrílico
Este tipo de lavabos suele estar reforzado con poliuretano o fibra de vidrio, dando como resultado un material ligero, resistente e impermeable y una de sus ventajas es que es fácil de reparar en caso de que se ralle o agriete, además de ofrecer una amplia variedad de colores y texturas.
Lavabos de mármol
Los lavabos hechos con mármol pueden otorgar un toque de elegancia a un baño, cada pieza es única e irrepetible debido a las mismas propiedades de la piedra, la desventaja con este material es que se requieren cuidados especiales para evitar manchas y grietas, sin mencionar que suelen ser costosos.
Lavabos de acero inoxidable
Este material es de los menos utilizados, a pesar de que por cuestiones de salubridad son los más ideales y estéticamente aportan un panorama diferente, suelen ser costosos y si no están fabricados con las aleaciones correctas corren el riesgo de oxidarse o corroerse.
Fuentes: Decora Baño, Todo Muebles de Baño