Actualmente, la ganadería experimenta una transformación positiva en la que se prioriza el respeto por los ecosistemas y el desarrollo natural de las especies animales como parte de los objetivos de producción. En este contexto, se promueven sistemas como el silvopastoreo, que se alejan por mucho de la ganadería intensiva y sus consecuencias ambientales.
Tipos de ganadería.
Ganadería de autoconsumo.
Es la domesticación de cerdos, vacas, pollos y borregos, así como su cuidado y alimentación para el consumo particular a cielo abierto.
Ganadería intensiva.
La ganadería intensiva es aquella que se lleva a cabo con fines industriales y que, por ende, requiere de intensificar la producción. De esta actividad depende buena parte del suministro de productos de origen animal para la alimentación humana.
Sin embargo, su acción sobre los ecosistemas es una de las más contaminantes, pues produce cerca del 15% de emisiones de gases de efecto invernadero.
Ganadería extensiva.
El sistema silvopastoril es un buen ejemplo de este tipo de ganadería. En él, árboles y arbustos coexisten con las especies animales de crianza bajo un tratamiento integral que tiene como objetivo la producción sustentable y la reducción del daño ecológico respecto a los sistemas tradicionales.
En cualquier caso, el éxito de la ganadería silvopastoril depende del nivel de conocimiento sobre las interacciones entre los elementos del sistema.
Además, sus beneficios en materia de sustentabilidad son múltiples, siendo estos los más conocidos:
1. Aumento en la fertilidad del suelo.
Al incorporar árboles y arbustos a los tipos de ganadería tradicionales se consigue mejorar la estructura del suelo, disminuir la erosión y con ello, aumentar su productividad. Esto se debe a un mayor reciclaje y aprovechamiento de nutrientes, la fijación de nitrógeno y lo profundas que llegan a ser las raíces de los árboles.
2. Incremento de la actividad biológica.
La mayor generación de materia orgánica, sumada a condiciones controladas de humedad y temperatura, permite el desarrollo de micro y macro fauna, que a su vez contribuye a una mayor estabilidad del suelo para fines como la agricultura extensiva.
3. Control de la erosión.
Los árboles cumplen la función de proteger el suelo al disminuir los efectos directos que el sol, el agua y el viento producen sobre él. Este control de la erosión hídrica obedece a factores como:
- Reducción del impacto de las lluvias en agricultura y ganadería a cielo abierto.
- Mayor materia orgánica sobre la superficie.
- Mayor infiltración.
4. Aumento de la biodiversidad.
Esto incluye a la endofauna, a la diversidad de insectos y de aves, especialmente en los sistemas de pastoreo en plantaciones de árboles frutales.
5. Mejora en la dieta y producción bovina.
Mediante el silvopastoreo, se puede lograr una disminución de las emisiones de metano asociadas a los déficits nutricionales en la ganadería bovina. Esto se debe a que cuanto mejor sea la calidad de la dieta, menos metano se producirá a consecuencia de la proliferación de microorganismos rumiantes en el organismo de los animales. Al corregir esta falla, las pérdidas nutricionales de estos pueden llegar a reducirse.
En México, la ganadería ocupa un lugar preponderante en la actividad económica, siendo el séptimo productor mundial de proteína animal y teniendo presencia en todos los estados del país incluso en condiciones ambientales adversas.
Sin importar el tipo de ganadería que se practique, el cuidado de los animales precisa de mallas, rejas y púas para delimitar y proteger, encontrarás el cerco ideal para resguardar tu cultivo y ganado.
Otros links: Laminas y Aceros
Otras fuentes: Deacero