
La malla electrosoldada y la malla tejida, a simple vista podríamos decir que la diferencia principal es el método de unión de sus alambres: la malla tejida entrecruza los alambres tal cual fuera una tela textil; resultado de ello, es más flexible y puede personalizarse para diferentes patrones de tejido y diámetros, lo que lo hace más versátil. Mientras que la malla electrosoldada une sus cuadrantes con puntos de soldadura eléctrica. Esto resulta en que la malla tejida sea más flexible y precisa, ideal para filtración, y la malla electrosoldada sea más rígida y resistente, adecuada para refuerzo estructural.
Malla tejida: La ventaja principal radica en su flexibilidad y adaptabilidad. A diferencia de la malla soldada, que es más rígida; la malla tejida puede adaptarse a diversas formas y absorber impactos sin romperse ni llegar a perder propiedades. Como se mencionó anteriormente, puede ser tan fina como la tela y gracias a esta cualidad, el material es especialmente adecuado para aplicaciones de doblado y curvado.
Malla electrosoldada: A través de los puntos de soldaduras en sus uniones, este material obtiene intersecciones de mayor resistencia y que a su vez proporciona integridad estructural, obteniendo resistencia constante y de seguridad. La principal ventaja que se logra con una malla electrosoldada es su alta resistencia al peso, rígidez y mínimo mantenimiento. Aunque la malla se someta a altas presiones de carga, ésta mantiene su forma. Por otro lado, los puntos de soldadura ofrecen estabilidad y durabilidad a la estructura.
Al elegir una malla para un proyecto se deben considerar factores claves que van a permitir garantizar la calidad del resutado final. El uso, entorno y presupuesto van a determinar la escogencia del material adecuado.
Fuente: The Mesh Company
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