Desde 1998 cada estado mexicano puede usar un diseño propio en las placas vehículares, donde se consideran colores y formas asociadas a lugares importantes de cada entidad. Sin embargo, cada estado debe seguir los lineamientos establecidos por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, donde se establecen las características visuales y técnicas mínimas que cada placa debe contener.
Así, por ejemplo: las placas metálicas para automóviles, tractocamiones, autobuses, camiones, remolques, semirremolques y convertidores deben ser rectangulares, con un largo de 300 mm, un ancho de 150 mm y sus esquinas deben ser redondeadas. Esta norma establece los formatos para 35 tipos de placas diferentes en la República Mexicana, dependiendo del destino que tenga el automóvil, como por ejemplo, vehículo particular, de transporte, de carga, de policías, del ejército, federales, entre otros.
¿Qué significa cada placa?
Para los vehículos clasificados como automóviles particulares, el número de la serie debe estar compuesto por tres letras, las que deben ir seguidas por cuatro o tres números, dependiendo de cada estado. En el caso de los vehículos clasificados como camiones privados, a sus placas les corresponden dos letras seguidas de cinco o cuatro números, según el estado en el que el vehículo esté inscrito. La serie de letras que contengan las placas están asignadas a cada estado del país, lo que permite la identificación del origen del vehículo. Asimismo, las láminas deben incluir el nombre del estado o su abreviatura oficial, la vigencia de las placas y algunos elementos anti falsificación.
Si bien la normativa permite sólo un número de placa para cada vehículo, en la práctica podemos ver carros con más de un número de placa asignado en diferentes estados. Esto generalmente se debe a que los trámites de baja y alta no se realizan de forma correcta al cambiarse de un estado a otro, o sencillamente se busca burlar el sistema control de cada entidad.
Fuente: Mapfre
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