Imagina un festival repleto de artistas, escultores, músicos, DJ´s y demás, en el que la gente común puede convivir con diferentes figuras famosas, un festival de arte y auto expresión, bueno, de eso se trata Burning Man.
Este festival se celebra en el desierto y tiene una duración de 9 días, en la que diferentes tipos de artistas pueden mostrar sus expresiones de arte y/o espiritualidad sin seguir una agenda especifica. Al final del festival se enciende una estatua gigante de madera en forma de hombre, de ahí el nombre Burning Man, o traducido al español, Hombre en llamas.
El museo de no espectadores, es un proyecto poco convencional, pues además de las obras de diferentes artistas, anima a los visitantes del festival Burning Man a participar en la creación de su exposición, incentivando a que compartan su propia creatividad, ya trabaja con la idea de que cualquiera puede ser un artista sin importar la habilidad o experiencia.
El museo fue fundado en el festival del 2019 por el arquitecto John Marx y el artista Absinthia Vermunt, y debido a la gran aceptación del publico, año con año a sido invitado a seguir participando.
El museo de 130 metros cuadrados de armazón de acero y revestimiento de aluminio, fue construido por voluntarios, a diferencia de otros años se amplio el espacio de la galería para proporcionar el efecto de un resplandor iridiscente al sol.
De igual manera se incluyó un escenario para las representaciones artísticas y poesía, pues además de las lecturas tanto del público como de diversos poetas, también se ofrecieron talleres de escritura.
Fuente: The New York Times, ArchDaily
Link: Laminas y Aceros