Una tradición ya muy antigua que, a pesar de que se ha ido perdiendo, sigue latente en la población yucateca; todavía hay niños que salen muy emocionados a vivir esta experiencia que inicia el 1 de diciembre y finaliza el 11 de diciembre, un día antes de la celebración de la Virgen de Guadalupe.

La tradición indica que siempre se debe llevar una o varias ramas grandes para adornar la caja o cuadro con la Virgen de Guadalupe, con objetos como farolitos, flores, globos, con los cuales recorren las calles cantando de casa en casa, entonando la canción de la rama. Se les llama ramadas precisamente por las ramas de árboles o palmas, que simulan el árbol de Navidad.

La procesión de la rama tiene como objetivo pedir aguinaldo y con el aguinaldo recaudado hacer la posada; se conforma por grupos de niños, llevando el canto dependiendo de su emoción y ritmo. En ocasiones no reciben el tan esperado aguinaldo, por lo cual también interpretan una canción haciendo referencia a que no lo recibieron o en su caso agradeciendo su aguinaldo.

Las ramadas yucatecas son sin duda una de las tradiciones más antiguas que en los últimos tiempos está en peligro de desaparecer, pues ya se practica cada vez menos, misma que promueve los valores del amor, fraternidad y alegría por las bendiciones que están llegando. En todo México se relaciona cuando María y José pidieron asilo en Belén por el nacimiento de Jesús.
Fuente : Yucatan
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