En la industria se emplea mucho el acero inoxidable y el acero galvanizado. Los dos materiales tienen características especiales y se emplean para diferentes aplicaciones, pero ¿qué pasa cuando se encuentran en el mismo lugar? En este blog resumiremos cómo interactúan y las precauciones que debes tener al combinarlos.
El acero galvanizado es acero cubierto con una capa de zinc para protegerlo de la corrosión. Por otra parte, el acero inoxidable es conocido por su resistencia a la oxidación gracias a su fórmula, que incluye cromo. Es importante mencionar, que cuando estos dos metales están en contacto, puede ser inconveniente en algunas ocasiones. El zinc del acero galvanizado puede provocar corrosión en el mismo acero galvanizado cuando está en contacto con el acero inoxidable, sobre todo si hay humedad, gotas de agua o, agua de mar. Esto se debe que el agua con sales funciona como medio para que el acero galvanizado y el acero inoxidable interactúen entre si, provocando reacciones que hacen que el acero galvanizado se corroa con mayor rapidez.
Se puede optar con medidas preventivas para evitar este problema. Una solución es utilizar aislantes, como recubrimientos de plástico, que impidan el contacto directo entre los dos metales. Se recomienda diseñar estructuras de una forma que minimice la acumulación de humedad, para reducir el riesgo de corrosión. Siempre es mejor anticiparse a posibles problemas que hacer reparaciones costosas o la compra de material nuevo.
Al tomar precauciones adecuadas, se puede mejorar la integridad de los proyectos, maximizando la vida útil de las estructuras. Es importante siempre consultar con expertos en materiales para encontrar la mejor solución.
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Fuente: galvanizeit
Otras fuentes: Láminas y Aceros