Un infarto al corazón, también conocido como ataque al corazón o infarto de miocardio, ocurre cuando se interrumpe el flujo sanguíneo hacia una parte del músculo cardíaco. Esto generalmente sucede debido a la obstrucción de una arteria coronaria, que suministra sangre al corazón.
Los síntomas típicos de un infarto al corazón pueden incluir dolor o molestia en el pecho que puede extenderse hacia el brazo izquierdo, el cuello, la mandíbula o la espalda, dificultad para respirar, sudoración, náuseas, vómitos y mareos. Sin embargo, los síntomas pueden variar de una persona a otra.
La prevención del infarto al corazón implica adoptar un estilo de vida saludable que incluya una dieta balanceada, ejercicio regular, control del peso, evitar el tabaquismo y controlar condiciones médicas como la hipertensión arterial, el colesterol alto y la diabetes. Es importante realizar chequeos médicos regulares y seguir las recomendaciones de un profesional de la salud para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Los infartos pueden ser ocasionado por diferentes factores como lo es el tabaquismo, diabetes, hipertensión, obesidad etc. Es importante tener en cuenta que algunos de estos factores de riesgo pueden controlarse mediante cambios en el estilo de vida y tratamiento médico adecuado, mientras que otros, como la edad y la genética, no pueden modificarse. Sin embargo, la adopción de hábitos de vida saludables puede ayudar a reducir el riesgo general de sufrir un infarto al corazón.
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