El ballet Giselle comienza en un pequeño pueblo rural donde vive Giselle, una joven campesina dulce y frágil que ama profundamente la danza. Su corazón es delicado, y su madre teme que bailar demasiado pueda dañarla. Un día, Giselle se enamora de un apuesto forastero llamado Albrecht, sin saber que en realidad es un noble disfrazado que oculta su compromiso con otra mujer. La relación entre ellos florece con inocencia y pasión.
La tranquilidad del pueblo se rompe cuando Hilarion, un guardabosques que también ama a Giselle, descubre la identidad real de Albrecht. Decidido a revelar la verdad, lo desenmascara frente a todos durante una celebración. El impacto emocional para Giselle es devastador: su corazón, ya frágil, no soporta la traición. En medio de la conmoción, Giselle pierde la cordura y finalmente muere en brazos de quienes la aman, dejando a Albrecht sumido en una profunda culpa.
El segundo acto se desarrolla en un bosque oscuro donde reposan las tumbas de las Wilis, espíritus de jóvenes que murieron antes de su boda, engañadas por sus amantes. Lideradas por Myrtha, reina de las Wilis, estas almas vengativas obligan a los hombres que encuentran a bailar hasta morir. Giselle, ahora convertida en una de ellas, es despertada por su nueva condición espiritual, pero conserva su pureza y su amor por Albrecht.
Cuando Albrecht llega al bosque para pedir perdón en la tumba de Giselle, las Wilis intentan condenarlo a bailar hasta la muerte. Sin embargo, Giselle intercede, protegiéndolo con su amor y su bondad, retrasando el amanecer que podría salvarlo. Finalmente, la luz del día obliga a las Wilis a retirarse y Albrecht sobrevive gracias a Giselle. Ella desaparece para siempre, dejando una sensación de redención, amor eterno y perdón, elementos que convierten a Giselle en uno de los ballets más emotivos de todos los tiempos.
FUENTE: LaHistoria.info
OTRA FUENTE: Laminas y Aceros.


