Hoy en día las estructuras de acero son parte fundamental en la construcción, por eso es importante protegerlas ante cualquier incidente, en este caso te mencionaremos porqué es importante protegerlas ante el fuego y esto es debido a que a temperaturas superiores a 550°C, el acero de baja carga comienza a perder su margen de seguridad y empieza a torcerse.
Con el fin de retrasar la pérdida de sus propiedades estructurales, los elementos de acero deben ser protegidos con productos que tienen como objetivo frenar el aumento de temperatura provocada por el fuego. En la mayoría de los casos, el acero sólo va a estar expuesto a un incendio celulósico (incendio que provocan productos de origen vegetal), tal como podría ocurrir en un edificio comercial normal. Sin embargo, en el caso del acero utilizado en un complejo petroquímico, el fuego es probable que sea mucho más intenso. Este tipo de fuego es conocido como un incendio de hidrocarburos, donde las temperaturas alcanzarán los 1,000°C en cuestión de minutos.
El tamaño y el tipo de fuego son factores para determinar la cantidad de protección contra incendios requerida por un elemento de acero. El acero pesado requiere menos protección ignífuga (sustancia utilizada para hacer inflamable las sustancias combustibles) que el acero más ligero para lograr el mismo nivel de protección cuando se exponen al mismo tipo de fuego. En general, la pesadez del acero se determina por la relación del perímetro que va a ser expuesto al fuego para su área de sección transversal.
Existen dos maneras de proteger el acero estructural contra el fuego, la primera son los morteros ignífugos, la mayoría de dichas estructuras reciben esta protección y es una protección pasiva contra los incendios y la mayoría de estos morteros son con base yeso o cemento.
Los morteros ignífugos crean una capa de espesor de entre 1 a 5 cm (en función de la resistencia requerida). Se utilizan en estructuras que permanecen ocultas, como vigas o columnas; y, se aplican con equipamientos de proyección neumática, además de que contienen minerales como la perlita o la vermiculita que aportan un elevado aislamiento térmico.
La segunda manera de protección es la pintura intumescente, ya que permite que los elementos metálicos queden expuestos y así generan flexibilidad al proyecto arquitectónico. Además, es una pintura inerte a temperatura ambiente pero que reacciona cuando se expone a temperaturas superiores a 200°C y lo más importante es que a esa temperatura se hincha y forma una espuma aislante de baja conductividad térmica.
La pintura intumescente evita que el perfil metálico alcance temperaturas críticas que comprometen su estabilidad estructural. Estos son dos de los métodos más conocidos para proteger dichas estructuras, aunque de igual manera existen otros, estos son los más comunes y eficientes.
Otros links: Láminas y aceros.
Fuente: Ignifugaciones, Mercortecresa.