1. El Manatí
Al arribo de los Españoles a la costa del continente Americano esta especie fue confundida por los navegantes europeos con las míticas sirenas que, según las leyendas, cantaban para atraer a los hombres.
Ahora, en meses recientes el manatí de Tabasco se ha enfrentado con factores que lo han ocasionado la muerte de varios herbívoros de esta especie.
Durante siglos fueron depredados hasta quedar sólo con mil ejemplares, de acuerdo con cifras de la Semarnat. A este factor se suman la captura incidental y colisión con embarcaciones, así como enfermedades infecciosas y parasitarias, varamientos por desecación de lagunas, pérdida, degradación y fragmentación del su hábitat, lo que lo ha llevado a ser catalogado una criatura en peligro de extinción.
2. El Totoaba
En el Mar de Cortés nada un pez endémico que se encuentra en peligro de extinción debido a la pesca y el tráfico ilegal, se trata de la totoaba, que durante la primera mitad del siglo XX fue capturada sin restricciones hasta casi agotarse, de acuerdo con la revista de la Sociedad Mundial de Acuicultura.
Desde 1996 fue declarado en peligro de extinción y en 2016, el gobierno prohibió de manera permanente el uso de redes de enmalle en la parte superior del Golfo de California. Actualmente, el único criadero que puede cultivar totoaba en México se llama Earth Ocean Farms, se ubica a 50 kilómetros al norte de La Paz, Baja California.
3. La Vaquita Marina
Su caso es más que conocido, en 2017 se dio a conocer que la especie de la vaquita marina perdió el 67% de su población, lo que significa que actualmente quedan alrededor de 30 ejemplares con vida.
La vaquita marina sólo existe en México, al norte del Golfo de California, y es el cetáceo más pequeño que existe que muere incidentalmente en las redes agalleras para capturar camarón y peces como curvinas, macarelas, mantarrayas, tiburones, robalos y totoabas.
4. El Jaguar
Debido a la invasión del ser humano, el jaguar (Panthera onca) está al borde de la extinción. El ícono de las culturas mesoamericanas habitaba en las selvas tropicales húmedas del Golfo, más de 22 millones de hectáreas desde San Luis Potosí hasta Chiapas.
Pero hoy son menos de un millón de hectáreas que, como manchones, aparecen dispersas entre pastizales, cultivos y ciudades. En México habitan menos de 4 mil ejemplares.
5. El Ajolote
El actual habitante del lago de Xochimilco se encuentra ante la extinción que parece inminente. El problema es que Xochimilco es un lago enfermo a causa de las construcciones cercanas que se han ido comiendo el humedal, a lo que se suma el desagüe de la capital y el uso de agroquímicos debido a que las chinampas que se han ido desecando.
Otro factor fue la introducción de la tilapia y la carpa en Xochimilco para promover la pesca, que convirtieron al ajolote en depredador de punta.
6. La Guacamaya Roja
En México habitan menos de 200 guacamayas en libertad, específicamente en la Selva Lacandona, apuntan investigadores del Instituto Nacional de Biología de la UNAM.
Están amenazadas debido a su persecución para el mercado de mascotas. Otra de las razonas por las que ha disminuido su población es la pérdida de su hábitat debido a la tala indiscriminada. Así, cada vez quedan menos selvas tropicales en México.
7. El Perrito de la pradera
En el desierto chihuahuense existe un simpático roedor parecido a la ardilla llamado perrito de la pradera o perro llanero cola negra.
Su hogar se encuentra en la Reserva de la Biosfera Jamos, en Chihuahua. Las colonias de los perritos de la pradera son una de las mayores del continente y se considera una especie clave; la disminución o pérdida pondría en riesgo la existencia de todo el ecosistema.
Está perdiendo hábitat debido a la expansión de la agricultura y las ganaderías. De hecho, para deshacerse de estos roedores han llegado a exterminarse colonias enteras mediante veneno. Y es que a pesar del papel clave que tienen los perros llaneros en los pastizales, han sido víctimas de campañas de exterminio (no solo con veneno, sino también con trampas y mediante la caza). Al inicio del siglo XX ocupaban de 40 a 100 millones de hectáreas de los pastizales de América del Norte, pero como se consideraba que eran competidores del ganado por el pasto y que podían causar fracturas en las patas de las vacas por las madrigueras, comenzó una campaña de erradicación.
Para más información sobre especies en peligro de extinción visita el siguiente blog: Conoce la tortuga Carey, una especie en peligro de extinción
Otros links: Láminas y Aceros
Fuente: Ecologia verde, Ecoosfera