El T-90, apodado Vladimir, es una versión muy modernizada del T-72 diseñado por la Unión Soviética en los años 80 como tanque de explotación, en la cual se utilizaba para aprovechar las rupturas realizadas por otros carros más potentes (como los T-62/64 y los T-80), bien por medio de armas nucleares tácticas (para lo cual estaba forrado de protección anti-radiación interna).
Se trata de un tanque de peso medio (ronda las 40 toneladas frente a las 60 o más de sus rivales occidentales), con un blindaje de acero y un motor diésel de 1,000 caballos capaz de proporcionarle bastante agilidad, y con sistemas electrónicos y de control de fuego de segunda clase.
Triple protección ante el enemigo
Todas las versiones del T-90 tienen una triple protección ante los disparos del enemigo. En primer lugar llevan un blindaje compuesto para proteger su casco y torreta con múltiples capas de acero balístico, cerámicas especiales y un recubrimiento en el interior capaz de impedir la penetración de la bala. El grosor de este blindaje pasivo es relativamente reducido pero su composición y geometría aseguran una protección razonable ante, residuos de granadas, armas ligeras y munición antitanque de tipo cinético y de carga hueca que son los más habituales en proyectiles contra blindados y misiles antitanque. Los avances en este tipo de munición, sin embargo, hacen que defenderse sólo con materiales y geometría resulte hoy en día imposible sin un grosor y peso desproporcionados.
Pequeño y difícil de ver.
Su tamaño relativamente pequeño y su perfil bajo dificultan verlo y apuntar en su dirección en el campo de batalla, gracias en buena parte al cargador automático que permite que su tripulación sea tan sólo de 3 hombres.
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Contenido de manera informativo, no contamos con ello.
Fuente: El confidencial
Otras fuentes: Láminas y Aceros