¿Recuerdas la leyenda de Atlantis? pues justamente ha resurgido del profundo océano para convertirse en realidad.
Aunque a sido impulsada por una crisis ambiental, esta ciudad flotante es la esperanza de cimentar una nueva sociedad basada en la relación cercana con el agua.
El nombre de este proyecto es llamado Oceanyx city, este ambicioso proyecto que el arquitecto Bjarke Ingels decidió presentar a las Naciones Unidas como una propuesta de nuevo concepto de asentamiento.
Esta isla promueve una nueva relación entre las sociedades y el agua volviéndola un concepto sostenible para un futuro muy cercano.
El proyecto surge como una medida ante los cambios que enfrentan los ecosistemas (entre ellos, el problema del agua), la ciudad flotante abre la puerta hacia un diseño urbano innovador, sustentable y futurista.
Ya qué tal vez, la tierra ya no sería nuestro hogar, pero el mar pasaría a serlo. Así como se ilustra en la imagen de abajo, justamente es el proyecto sostenible que el arquitecto plantea.
Oceanyx contará con una serie de plataformas hexagonales, esta civilización podría albergar a hasta 10,000 personas. En cada plataforma habitarían alrededor de 300 habitantes.
En esta ciudad flotante no estarán permitidos transporte terrestre ni cualquier otro tipo de transporte grande. Se están diseñando burbujas flotantes, o bien, caminos abiertos y hechos de materiales orgánicos para pasar un buen rato.
Lo increíble de Oceanix City es que cada hexágono sería como una aldea autosuficiente. Es decir cada uno de las aldeas producirá su propios insumos e incluso sus propios alimentos gracias a las jaulas para cosechar que estarían debajo de las plataformas.
De igual manera también hay que pensar en los desechos. En este sentido, la ciudad flotante cuenta con un centro de clasificación al que se dirigirían los escasos desechos de las plataformas.
Para este proyecto serán pocos los desechos porque el arquitecto también pensó en que todo lo que se use en Oceanix City pueda ser reparado o reutilizado, con el fin de disminuir la cantidad de sobras. Todo indica que la vida en esta ciudad está calculada a la perfección, pero faltará probarlo para conocer sus defectos.
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Fuente: ecoosfera