Existe en dicho que proclama: Después de la tempestad viene la calma, así sucedió para el joven Kihachiro Onitsuka quien después de haber participado en la segunda guerra mundial y haber vivido los horrores consecuentes, no sólo retomó la calma sino que cambió toda su historia de vida.
Kihachiro contaba con 30 años de edad, había sido oficial del ejército Imperial Japones, al finalizar la guerra regresó a su ciudad natal, Kobe, teniendo bastantes dudas sobre a qué dedicarse, por lo que pidió consejo a su amigo que en aquel momento era Director de salud y educación física en la prefectura de Hyogo.
Su amigo le dijo esta frase que lo marcaría para toda su vida: “Anima sana in corpore sano” (Mente sana en cuerpo sano), haciendo alusión a que sólo se puede tener una vida plena manteniendo la salud a través del deporte. Esta frase lo motivó a iniciar un negocio relacionado con el deporte comenzando con dos empleados , una mesa y un teléfono.
Cierto día estando en sus alimentos, al degustar una ensalada de pulpo un pedazo de tentáculo se quedó pegado en su plato, y se le encendió el foco. ¿Por qué no emplear ventosas en los zapatos tenis de baloncesto? Había nacido ASICS Corporation.
Utilizando esta innovación en sus tenis viajó por todo el país buscando quien pudiera interesarse en su producto, pasando penurias ya que no contaba con recursos para poder costearse los gastos.
Poco a poco fue logrando su objetivo y en el año de 1956 el equipo olímpico nacional ya usaba sus tenis de baloncesto, la compañía tenía 500 tiendas a nivel nacional y poco tiempo después ya cotizaba en la bolsa de valores de Tokyo.
Esta y muchas más innovaciones, hicieron que ASICS en la actualidad sea una compañía mundial fiel a sus valores iniciales: Anima Sana In Corpore Sano: ASICS.
Fuente: ASICS Corporation
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