Uno de los ejemplos icónicos de la arquitectura metabolista en Tokio, Japón, puede estar dirigido hacia la demolición. Se trata de la Nakagin Capsule Tower de Kisho Kurokawa, según informa Japan Forward, la asociación responsable de su gestión vendió el edificio a principios de este año. La destrucción de la Torre ha sido objeto de fuertes especulaciones en los últimos años debido al precario estado de la estructura y su incumplimiento de las normas sísmicas actuales.
Una propuesta audaz para un crecimiento orgánico y ultraflexible, la Torre Nagakin se enfrenta a un período de incertidumbre, a pesar de su reconocimiento internacional y su lugar prestigioso en la historia de la arquitectura. Hasta la fecha, no se ha hecho ningún anuncio oficial sobre la posibilidad de demolición, sin embargo, el resultado parece inevitable, ya que durante muchos años las iniciativas de conservación no han tomado medidas, específicamente contra el envejecimiento estructural y la falta de mantenimiento ha causado daños irreversibles al agua y líneas de alcantarillado.
Construida en 1972, Nakagin Tower fue uno de los primeros proyectos arquitectónicos basados en cápsulas registrados, diseñado en torno a la idea de una arquitectura dinámica, adaptable y en constante cambio, donde los módulos se pueden conectar al núcleo central. Las cápsulas para dormir están diseñadas para una audiencia joven que trabaja en el centro de Tokio, por lo que cada unidad de 10 metros cuadrados contiene lo necesario para acomodar a una persona.
Las cápsulas están diseñadas como un módulo prefabricado, por lo que está diseñado para contener todas las mismas partes, ensambladas en la fábrica, para que las cápsulas terminadas puedan entregarse en el lugar de colocación en el edificio. Las cápsulas están unidas al núcleo por cuatro pernos de alta resistencia. El proceso de construcción de tales estructuras es similar a los contenedores de envío, en el sentido de que la estructura tiene la forma de una caja de acero, lo más liviana posible, y todas las demás partes están soldadas.
El exterior de las cápsulas es de chapa de acero galvanizado de 1 x 2 m o 2 x 3 m. Estas medidas se deben al número de platos necesarios para producir todas las cápsulas y al reducido tamaño de las fábricas donde se fabrican. Las láminas de acero galvanizado también han sido tratadas con una pintura y un pulimento en aerosol llamado Kenitex para evitar la formación de moho y corrosión.
Fuente: ArchDaily
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