Los procesos productivos del acero presentan hoy en día uno de los mayores impactos ambientales de los cuales nos enfrentamos, esencialmente por la emisión de dióxido de carbono (CO2).
Este problema se agrava cada vez más, ya que las construcciones están implementando el uso de acero, y esta continúa creciendo, siendo China uno de los principales productores y consumidores.
Sin embargo los científicos del Massachusets Institute of Techonology (MIT) parece que han encontrado una interesante alternativa para la producción de acero, según un estudio publicado en la Revista Nature, que tiene las siguientes ventajas:
- Presenta un impacto ambiental mucho menor.
- Simplifica sustancialmente el proceso productivo.
- Presenta una viabilidad económica suficiente (incluso para su implantación a pequeña o mediana escala)
- Tiene un consumo energético menor.
- Produce un acero de mayor calidad que el convencional.
- La única emisión asociada es la producción de oxígeno (utilizable para otras aplicaciones)
El proceso se basa en la Electrólisis de Oxido Fundido (MOE), que es una técnica que permite la producción directa de metal en estado líquido a partir de la utilización del oxído de hierro como materia prima y en comparación con los métodos tradicionales de metalurgia extractiva ofrece una simplificación sustancial del proceso.
La electrólisis es el proceso que separa los elementos de un compuesto por medio de la electricidad.
Si bien la técnica electrometalúrgica no es nueva, el avance llevado a cabo por los investigadores del MIT se basa en encontrar un ánodo que resista el agotamiento y permita una evolución adecuada del oxígeno, lo que permite la producción de metal sin carbón de proceso.
El nuevo ánodo, formado por aleaciones en base de cromo y hierro, se ha descubierto estable debido a la formación de una aleación sólida muy fina de Cromo III y óxidos de aluminio en la superficie que permite la conducción eléctrica y evita a su vez el ataque del oxígeno.
La propuesta es aún más interesante si se tiene en cuenta que permite su adaptación para la producción de otros metales con ventajas similares a las encontradas para el acero.
Eso sí, habrá que ver si finalmente se convierte en una técnica viable comercialmente, debido al estado actual de los mercados, y más aún los de Gases de Efecto Invernadero, y sobretodo a ver su viabilidad técnica (en eso están sus investigadores) plasmada en la realidad del primer prototipo que traslade este experimento de laboratorio a la escala industrial.
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