Las cabañuelas se utilizan en el sur de España y en América. Su origen proviene de la antigua Babilonia. La civilización mexicana fue adoptando estos conocimientos a través de los mayas.
Como cada año, quienes trabajan en el campo todavía acostumbran a poner atención a los primeros días del año para determinar cuál será el clima, a través del tradicional método de predicción denominado “cabañuelas”.
Esta costumbre, que se remonta a tiempos antiguos, atribuye y calcula el tiempo que hará a lo largo de 12 meses, a partir de los primeros días del año.
Por tradición, el clima que prevalece el 1 de enero corresponde al primer mes del año, seguido del 2 de enero que sería febrero, y así de manera subsecuente hasta llegar al 12 de enero, que tendría el clima del mes de diciembre.
Posteriormente, se aplican las “cabañuelas” de regreso, y que sería del 13 al 24 de enero, siendo el día 13 el mes de diciembre; el 14 noviembre, y así de forma sucesiva hasta llegar de nueva cuenta al mes de enero el día 24.
No obstante, debe tenerse en claro que el cálculo y la predicción meteorológica no es un proceso de azar o suerte, sino el resultado de la conjunción de una serie de factores.
Aún así, el hombre siempre ha buscado la manera de pronosticar el clima, ya sea para mantenerse protegido ante posibles tormentas o para prepararse para sembrar o cosechar.
Lo cierto es que las cabañuelas están teniendo cada vez más relevancia porque los sistemas climáticos son más predecibles. Esto es debido al cambio climático. El calentamiento global está aumentando la frecuencia e intensidad de las sequías, por lo que no es muy difícil llegar a predecir que un año será seco.
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Fuente: La verdad