Dejar de tomar refrescos embotellados puede proporcionar una serie de beneficios para la salud. Los refrescos embotellados a menudo contienen altas cantidades de azúcares añadidos, lo cual está relacionado con problemas de salud como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardíacas.
Los refrescos a menudo contienen aditivos artificiales, colorantes y otros productos químicos. Al dejar de consumir estos productos, reduces tu exposición a sustancias que pueden tener efectos desconocidos a largo plazo. La reducción de la ingesta de azúcares y calorías vacías asociada con los refrescos puede contribuir a la salud cardiovascular al ayudar a controlar los factores de riesgo, como la presión arterial y los niveles de colesterol.
Dejar de consumir refrescos puede ser parte de un cambio más amplio hacia una dieta más equilibrada y nutritiva. Puedes empezar a incorporar alimentos frescos, frutas, verduras y otras opciones más saludables. El exceso de azúcares y otros componentes presentes en los refrescos puede poner carga en los riñones. Al dejar de consumirlos, puedes contribuir a mantener la función renal saludable.
El dejar de tomar refrescos embotellados puede ser parte de un cambio general hacia hábitos alimenticios más saludables, incluyendo la incorporación de alimentos frescos y nutritivos en tu dieta diaria.
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