Ubicado en Poughkeepsie, NY, Estados Unidos, encontramos esta obra de otro mundo, estamos hablando de un edificio de ciencias de laboratorio, que en particular cumple una función interesante y única, es decir, servir como puente, con el concepto de crear un paisaje único entre arquitectura y la naturaleza.
El nuevo laboratorio está concebido exactamente como un puente. Esta infraestructura que comunica las orillas norte y sur contiene propiamente oficinas, laboratorios didácticos y espacios públicos de intercambio.
Toda la construcción se sujeta mediante una viga de hormigón colocada perpendicular respecto al río, apoyada en dos pilares de hormigón a cada lado del torrente. A su vez las dos plantas del edificio penden de un bastidor de tubos de acero de 6", una estructura ligera y muy abierta, realizada para reducir el peso sobre el terreno al mínimo, preservando el paisaje natural bajo el edificio.
Además, da vida a la zona del pedregal, que se utilizaba poco, y se erige como itinerario de enlace entre las distintas sedes de las facultades, ya que uno de los recintos se encuentra al sur del torrente y otro al norte, formando ambas partes de un plan maestro histórico.
Está conformado de un revestimiento que refleja los rayos UV e incluye una filigrana prácticamente invisible para el ojo humano pero que los pájaros reconocen, y que representa una forma de protección única en el edificio.
Este cristal por lo tanto cumple varias funciones: reduce los rayos solares en el interior, el deslumbramiento, y a la vez protege a los volátiles en su paso por el torrente. El proyecto ofrece el ambiente idóneo a la experimentación directa de los estudiantes en plena naturaleza.
Fuentes: Floornature.es
Otras fuentes: Laminas y aceros