Una lampara de lava es un recipiente lleno de agua en el que puedes ver como burbujas suben y bajan que, en función del color, pueden parecer lava volcánica. Son objetos que emiten una luz relajante y quedan muy bien en cualquier dormitorio. El subir y bajar de las bolas lava es un efecto que hipnotiza a mayores y niños por igual.
Pero aparte de cumplir una función puramente decorativa, una lámpara de lava también nos permiten entender alguno de las propiedades de la física más importantes: la densidad de los líquidos.
¿Por qué se produce este efecto?
Si medimos un volumen igual de aceite y agua, encontraremos que el agua es más pesada que la misma cantidad de aceite. Esto se debe a que las moléculas de agua están en un estado más compacto. Una taza de agua tiene más masa que una taza de aceite. Debido a que el agua es más densa que el aceite, se hundirá hasta el fondo cuando los dos se pongan en el mismo recipiente. La densidad se ve afectada por la temperatura: cuanto más caliente esté un líquido, menos denso será.
La razón por la que el agua y el aceite no se mezclan en su diferente densidad. Las lámparas de lava están basadas en el fenómeno de la física conocido como polaridad intermolecular. De esta manera, las moléculas de agua son atraídas por otras moléculas similares de agua. Por su parte, las moléculas de aceite se comportan como si fueran imanes, viéndose atraídas solo por moléculas de aceite. Este hace que las estructuras moleculares del agua y del aceite no les permita unirse entre sí.
El bicarbonato de sodio cuando se disuelve en el agua se separa en iones de sodio e iones de bicarbonato. Los iones se hidrolizan liberando CO2 que es el causante de las “burbujas” de colores. Estas burbujas son menos densas que el aceite por lo que se mueven hacia arriba creando así el efecto de la lámpara de lava
Fuente: Vix
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