El acueducto Veluwemeer, inaugurado el 29 de enero de 2003, es una de las obras de ingeniería más singulares de Países Bajos. Con 25 metros de longitud, 19 metros de ancho y una profundidad máxima de 3 metros, este “puente de agua” permite que embarcaciones crucen por encima de la carretera N302, mientras miles de vehículos circulan por debajo. Su ubicación estratégica, a tan solo 69 kilómetros de Ámsterdam y junto al lago Veluwemeer, lo convierte en un punto clave para la conexión entre distintas urbanizaciones y la isla artificial de Flevoland, la más grande del mundo.

La carretera N302, que soporta un tránsito aproximado de 30.000 vehículos diarios, es una de las más transitadas del país. Por ello, la construcción del acueducto exigió soluciones innovadoras para garantizar la seguridad y la durabilidad de la estructura. Desde la primera etapa del proyecto, se priorizó el uso de materiales resistentes capaces de soportar el peso del agua y evitar filtraciones. En total, se emplearon 22.000 metros cúbicos de hormigón y un sistema de pilotes de acero que constituye el corazón de la estructura.

El acero utilizado en el Veluwemeer no fue un material común, sino chapas de acero especialmente diseñadas para soportar cargas extremas. Estas chapas se colocaron en forma de pilotes que actúan como columnas de refuerzo, distribuyendo el peso del agua y la presión ejercida por el tránsito vehicular. Gracias a sus propiedades mecánicas, el acero ofrece una combinación ideal de resistencia y flexibilidad, lo que permite absorber vibraciones y tensiones sin comprometer la estabilidad del acueducto.
Además, el acero fue tratado para resistir la corrosión, un factor crítico en una estructura expuesta constantemente al agua y a condiciones climáticas variables. Se aplicaron recubrimientos protectores y técnicas de galvanización que prolongan la vida útil de los pilotes, reduciendo la necesidad de reemplazos frecuentes. Este enfoque no solo garantiza la seguridad, sino que también optimiza los costos de mantenimiento a largo plazo, manteniendo el acueducto operativo en una zona donde el tránsito marítimo y terrestre es intenso.

Hoy en día, el Veluwemeer sigue siendo un ejemplo emblemático de cómo la ingeniería puede integrar funcionalidad, estética y sostenibilidad. Su diseño permite la coexistencia armónica entre automóviles, embarcaciones y peatones, demostrando que las soluciones más creativas pueden surgir de los desafíos más complejos.
Fuentes: CULTURA INQUIETA
Otras fuentes: Laminas y Aceros


