El impacto que tienen las construcciones en el medio ambiente ha despertado la conciencia de algunas empresas y organizaciones que hoy procuran diseñar edificios bajo un concepto radicalmente diferente al tradicional; en su construcción, por ejemplo, se ahorra energía, se usa racionalmente el agua y se emplean materiales reciclados. Algunos arquitectos, incluso, van más allá.
Eric Fischel, ingeniero electromecánico y consultor en edificación sostenible, explica que este tipo de estructuras –especialmente las que alcanzan niveles altos de compromiso– tienen tres componentes: uno económico, uno social y otro ambiental.
Este edificio pertenece a un centro educativo sin fines de lucro, denominado Instituto Omega para Estudios Holísticos ubicado en Nueva York, compuesto por casi 100 edificios.
“La construcción del Brock Environmental Center fue la conclusión de un esfuerzo comunitario para evitar que un gran sector de 48 hectáreas, conocido como el Pleasure House Point, fuera desarrollado con fines inmobiliarios. Hasta la década de 1960, Pleasure House Point era un pantano que proporcionaba un valioso hábitat para la vida animal y vegetal.
En la década de 1970, el material resultante del dragado de una ensenada cercana fue depositado en el lugar, reduciendo significativamente la vegetación de los humedales, y dando pie a que el lugar fuese desarrollado "inmobiliariamente”
El inmueble usa energía geotérmica y solar (con 200 paneles fotovoltaicos), y es un "edificio energía cero". Concretamente, el Centro Omega para la Vida Sostenible (Omega Center for Sustainable Living) es una planta de tratamiento de aguas residuales que, además, se utiliza como espacio para educar sobre sostenibilidad.
Para su construcción no se emplearon productos que fueran tóxicos. Algunos de los materiales utilizados fueron cemento, madera reciclada y vidrio.
El Centro fue diseñado para resistir el paso del tiempo. Las láminas metálicas y su gran estructura interior de acero galvanizado están especificadas para resistir la corrosión en el largo plazo. Los acabados interiores, como los pisos de madera, pueden durar prácticamente 100 años sin necesidad de reemplazo.
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El diseño del edificio anticipa su futuro desmontaje, y la reutilización o el reciclaje de sus materiales y productos.
Uno de sus grandes atractivos es una "ecomáquina" diseñada por el biólogo y experto en diseño sostenible, John Todd en la cual se purifica agua a través de algas microscópicas, hongos, bacterias, plantas y caracoles, sin emplear sustancias químicas.
El Centro obtuvo la certificación estadounidense Liderazgo en Diseño Ambiental y Energía (LEED, por sus siglas en inglés) en su categoría más alta: platino. Además, recibió la certificación denominada “El reto del edificio vivo”, que evalúa diferentes ámbitos como el sitio, el agua, la energía, la salud, los materiales, la belleza y la equidad.
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Fuente: Arquitectura en acero.