
El Lago de los Cisnes inicia en el reino del príncipe Sigfrido, un joven que celebra su cumpleaños rodeado de cortesanos. Aunque su madre le insiste en elegir una esposa, él se siente atrapado entre el deber y el deseo de libertad. Al caer la noche, Sigfrido se escapa al bosque acompañado de su ballesta, buscando un respiro de las obligaciones palaciegas. Todo cambia cuando, a la orilla de un lago misterioso, ve un grupo de cisnes transformarse en mujeres. Allí conoce a Odette, la reina de los cisnes.
Odette le revela su tragedia: ella y sus compañeras están bajo un hechizo del malvado hechicero Von Rothbart, condenadas a vivir como cisnes durante el día y recuperar su forma humana solo por las noches. La única manera de romper el hechizo es recibir un juramento de amor verdadero. Sigfrido, conmovido por su belleza y por su alma pura, promete salvarla. En esa primera noche, nace entre ellos un amor delicado y esperanzador que ilumina la oscuridad del lago.

En el baile real del segundo acto, Sigfrido debe escoger esposa, pero su mente solo piensa en Odette. Rothbart, astuto, llega disfrazado junto a su hija Odile, quien imita a la princesa cisne y engaña al príncipe con su parecido. Creyendo que Odile es Odette, Sigfrido la elige ante toda la corte y le jura amor, sin saber que ha caído en una trampa. Cuando descubre el engaño, corre desesperado de vuelta al lago, donde Odette llora por la traición involuntaria del príncipe.
Dependiendo de la versión, el ballet culmina en un final trágico o esperanzador. En las interpretaciones más clásicas, Odette y Sigfrido, sabiendo que el hechizo no puede romperse ya, prefieren unirse en la muerte arrojándose al lago. Su sacrificio destruye el poder de Rothbart y libera a las jóvenes cisne. En versiones modernas, el amor verdadero triunfa y ambos vencen al hechicero. Sea cual sea el desenlace, El Lago de los Cisnes permanece como una de las historias más bellas y conmovedoras del ballet universal.
FUENTE: LaHistoria.info
Otras fuentes: Laminas y Aceros.


