Las colinas de Chocolate, llamadas así por su cobertura de hierba verde, entre los meses de diciembre y mayo, la hierba al cercarse obtiene un color marrón dando la apariencia al chocolate; por lo que son formaciones geológicas ubicadas en el centro de la Isla Filipina de Bohol. Aproximadamente hay más de 1,200 colinas, repartidas en más de 50 kilómetros cuadrados.
Se trata de una forma de relieve característica de ciertos paisajes kársticos, es decir, que surgieron a partir de una combinación de la disolución de la roca por efecto de la lluvia, las aguas superficiales y las subterráneas.
Originariamente los componentes que la forman, se depositaron en el mar por acumulación de esqueletos calizos de organismos marinos (corales, moluscos…) y después, durante el Plioceno, hace unos cinco millones de años, la roca calcárea fue fracturada y elevada sobre el nivel del mar a causa de procesos tectónicos.
La leyenda filipina, sin embargo, tiene una explicación alternativa: que las colinas son las lágrimas secas de un gigante llamado Arogo, que lloró y lloró tras la muerte de su amada. Según el tipo de luz y la época, más que bombones o lágrimas, la isla me parece un campo minado por esas elevaciones de arena que indican la presencia de nidos subterráneos de hormigas.
Dos de las colinas de chocolate son resorts, y en una hay una estación con unas vistas de postal que forma parte del Complejo Chocolate Hills, que acoge también un hostal, una piscina y un restaurante. Para subir a uno de estos cúmulos marrones se han dispuesto 214 escalones.
Es una atracción turística tan famosa en Bohol que incluso aparece en la bandera y sello provinciales para simbolizar la abundancia de atractivo natural de la provincia y fueron declaradas tercer Monumento Geológico Nacional y propuestas para su inclusión en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
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Fuente: Muy interesante