Actualmente el mundo se encuentra en medio de una transición en el modelo de transporte público y privado. Durante el último siglo los vehículos de combustión interna habían gozado de un control casi completo sobre los medios de transporte; sin embargo, este dominio esta pronto a disminuir de manera exponencial a causa de los vehículos eléctricos.
Auto eléctrico, símbolo de los transportes "verdes". Fuente: telematicswire
En vista del creciente interés en la sustentabilidad, múltiples gobiernos a nivel mundial han optado por la implementación de políticas cada vez más estrictas sobre la fabricación de medios de transporte más “verdes” (es decir con pocas o nulas emisiones contaminantes). Esto ha impulsado en gran medida el desarrollo y comercio de vehículos eléctricos a tal grado que empresas como: Tesla Motors, Audi, Chevrolet, Ford, Hyundai, Kia, Nissan, Peugeot, Renault, Toyota, Volkswagen, entre otras, han comenzado a apostar por el desarrollo de vehículos 100% eléctricos.
Tesla Roadster de Tesla Motors (2008), considerado el primer auto eléctrico rentable. Fuente: caranddriver
No obstante, la electromovilidad nunca tendrá un futuro factible sin la industria siderúrgica. Hoy en día, el sector automotriz representa el segundo mayor consumidor de acero a nivel mundial después del sector de la construcción, de manera que, si la industria siderúrgica desea seguir teniendo relevancia en el emergente sector eléctrico-automotriz, debe de evolucionar también.
En la actualidad se libra una batalla entre el acero y el aluminio por el dominio del emergente sector eléctrico-automotriz, ya que ambos materiales suelen ser utilizados en la fabricación de la carrocería y los componentes del vehículo. Sin embargo, el acero ha ido ganando terreno debido a que siderúrgicas como la U.S. Steel Corporation han invertido una gran cantidad de recursos en I+D (investigación y desarrollo) para concebir aceros avanzados de alta resistencia (AHSS) de nueva generación, que además de ser más baratos que el aluminio, ayudan a los fabricantes a reducir el peso de los vehículos.
Chasis de auto en fabricado en acero. Fuente: automotivesupplynews
Por otro lado, empresas como AK Steel (principal proveedor de General Motors), están enfocando sus esfuerzos en la producción de aceros eléctricos manufacturados con propiedades magnéticas específicas para generadores y transformadores. Estos materiales además son pieza clave en la construcción de rotores y estatores para los motores de un vehículo eléctrico debido a su influencia crítica en la eficiencia del motor, minimizando las pérdidas de energía en el núcleo e incrementando el alcance de desplazamiento del vehículo.
Despiece de un motor eléctrico de General Motors. Fuente: gm-volt
Pero el uso del acero no sólo se limita a la fabricación de los autos eléctricos, sino que también se está empleando en la infraestructura que lo rodea como los centros de carga. Un ejemplo notable son los sistemas de carga rápida de la empresa CHAdeMO, los cuales han comenzado a liderar el mercado y varios fabricantes de autos eléctricos (incluídos Nissan, Mitsubishi y Tesla) han comenzado a adoptar esta interfaz.
Interfaz de conexión CHAdeMO en el frente de un Nissan Leaf. Fuente: thedriven
Los fabricantes de las estaciones CHAdeMO utilizan lámina de acero en la carcasa de la estación debido a su resistencia y durabilidad en cualquier condición climática incluidas atmósferas “salinas” como ciudades costeras o entornos cercanos al mar.
Estación de carga CHAdeMO de Schneider Electric. Fuente: chademo.com
En conclusión, no cabe duda que los autos eléctricos jugarán un papel muy importante en el desarrollo sustentable de las grandes ciudades a nivel mundial, y con ello, la industria del acero debe de mantener el ritmo de innovación para desarrollar y perfeccionar materiales que se adapten a lo que el mercado eléctrico-automotriz requiera para sus unidades y por ende para sus usuarios.
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Fuentes: World Steel Association, Automotive Supply News, Internacional Metalmecanica, Instituto Asteco.