Laminas y Aceros

Patologías más comunes en las estructuras metálicas.

Written by Russel Couoh | Nov 18, 2019 2:00:00 PM

Hace ya un tiempo se descubrió que las patologías que afectaban a las estructuras de concreto son desencadenadas por diversos factores.

Todas y cada una de las estructuras sin importar el material con el que estén construidas son susceptibles a manifestar alguna patología que termine por afectar su durabilidad.

Las estructuras metálicas de igual manera están expuestas a varios condicionantes que pueden llevarlas a desencadenar patologías que afecten su integridad, de manera que existen cinco que son fundamentales y que afectan su durabilidad, como se menciona a continuación.

Corrosión: Debido a fenómenos naturales los metales se pueden transformar en compuestos diversos. La superficie de los metales en ocasiones presentan picaduras y oxidaciones que llegan a hacer que se desprendan placas o escamas de los mismos, haciendo que disminuya su resistencia original. Este es un fenómeno que aparece comúnmente en zonas donde la estructura esta expuesta a ambientes húmedos y carece de la protección adecuada.

¿Cómo prevenir la corrosión en estructuras?  

Cómo proteger el acero de la corrosión

Fatiga: ¿Qué es la fractura del acero por fatiga?

Aparece cuando los elementos de la estructura son sometidos a tensiones iguales o menores a las calculadas como admisibles en la construcción. Los síntomas son la aparición de estrías perpendiculares a la dirección de las tensiones. Son muy difíciles de prevenir y por lo tanto son muy peligrosas.

Holguras en uniones: Provocan la deformación de la estructura y la aparición de fuertes tensiones que derivan en la rotura del acero por fatiga.

Abrasión: Aparecen en partes móviles que se encuentran en contacto o están sometidas a la acción de fluidos. El síntoma más común es el aspecto desgastado y liso de la superficie y suele complementarse con un fenómeno de corrosión.

 

Impactos y sobrecargas accidentales: Se presentan como deformaciones en los elementos, ya sea por medio de impactos externos, por pandeos o por flechas, manifestando cada uno deformaciones características.

A su vez existen agentes que actúan de impulsores acelerando la degradación de cada uno de estos procesos, como por ejemplo: agresiones físicas, mecánicas, biológicas, químicas y variaciones bruscas de temperatura (como aparición de fuego) además de los posibles errores en el diseño inicial.

Algunas medidas de prevención son:  aplicar protecciones como pinturas o recubrimientos a modo de defensa en las zonas más expuestas a los agentes degradantes o incluso aplicar técnicas más complicadas dependiendo del caso. De esta manera se puede aumentar la durabilidad de las estructuras y hacer cara a la prevención de accidentes.

La ventaja de trabajar con metal es que, salvo en casos extremos y siempre que la actuación se lleve a cabo a tiempo, la reparación suele ser sencilla  mediante la sustitución de las partes más afectadas o con la incorporación de refuerzos a la estructura original:

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Fuente: Ingenieros asesores.