No hay ser en el orbe que pueda negar la existencia de la gran pandemia de hasta ahora el siglo XXI. Desde los más pequeños de la casa hasta nuestros adultos mayores han tenido que reinventarse y adaptarse a las nuevas normas para sobrevivir el ¡virus mortal! La pandemia del Covid-19 se instaló en el mundo generando una fuerte crisis sanitaria y económica, una de las mayores crisis mundiales en la época moderna. Cerca de 59 millones de personas han contraído el coronavirus y al menos 1.4 millones han fallecido a causa de la enfermedad que provoca (cifras que se van cambiando día con día). Las diferentes respuestas de las autoridades en los distintos países ha sido clave en los resultados que hasta ahora se tienen en cada país, o por lo menos hasta que se logre administrar las muy sonadas las vacunas de las diferentes farmacéuticas.
Pero dentro de este panorama de tristeza y depresión, surgen motivos esperanzadores y de carácter positivo.
Hábitos de higiene: El comportamiento y la conducta de los seres humanos ha evolucionado de manera positiva a adoptar medidas de higiene que antes eran solo pequeñas llamadas de atención de un padre a su pequeño hijo. Hoy día somos conscientes que el mantener las manos debidamente lavadas, el uso del tapaboca como escudo protector y el debido distanciamiento social; son algunas de las medidas que hacen la diferencia para que podamos sobrevivir a la pandemia. No se puede negar que son medidas que llegaron para quedarse como buenos hábitos de higiene y la busca de un mejor bienestar. Las personas estamos ahora más conscientes de que nada realmente importa cuando se pierde la salud, y es este aspecto lo que constituye la fuerza motriz que nos conduzca a tener hábitos más saludable.
Disminuye la contaminación: Esta de más explicar, que al estar confinados en nuestros hogares o limitados a la circulación; ha dado resultado que no haya el exceso habitual de tráfico de carros, o las chimeneas de grandes corporaciones trabajando a su máxima capacidad. En grandes ciudades como China, Nueva York, Ciudad de México; se demostraron importantes derrumbes en los niveles de dióxido de nitrógeno, un gas tóxico que contamina el aire gravemente, debido a la disminución de la actividad cotidiana.
Aguas cristalinas: Por primera vez en muchos años las aguas de nuestros mares, lagos, o ríos; se mostraron cristalinos y la aparición de peces y otras criaturas que por la densidad del agua, anteriormente era casi imposible observar. Los famosos canales de Venecia, son una prueba palpable del daño que el ser humano ha causado a la naturaleza. Habitantes del lugar, han podido confirmar la mejora notable de sus aguas al no transitar el exceso de góndolas o barcos; se han podido sedimentar en el suelo marino. Sus aguas hoy se pueden observar con un color diferente a tiempos anteriores que eran oscuras y turbias.
Reflejos de buena humanidad: Conociendo ya las reglas en las que tenemos que jugar hoy día, grupos de personas se han sabido organizar para dar apoyo y ayuda a grupos más vulnerables. El compartir con aquel que esta padeciendo una situación complicada ha sido uno de los ejemplos de que en el corazón del ser humano quedan actos de bondad para reflejar.
Nuevos aprendizajes: La pandemia nos imposibilita en muchos aspectos; sin embargo, la creatividad humana no deja de sorprendernos. Chicos y grandes aprendimos que aunque estemos separados por seguridad sanitaria, podemos hacer uso de todos los gadgets tecnológicos y hacernos presentes con todos nuestros seres queridos y desarrollarnos en nuestras tareas diarias bien sean escolares o en lo laboral. El e-commerce va en aumento, tanto así, que se estiman que muchas empresas cerrarán su posición física y adoptarán esta nueva de desarrollarse mercadológicamente.
Ciertamente es un proceso largo que todavía nos queda por transitar; sin embargo como bien aplica el dicho "al mal tiempo buena cara", debemos tratar de aprender a vivir de la mejor manera bajo las circunstancias que hoy lo ameritan.
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Fuente: BBC