Es un término utilizado para referirse al exceso de sonido y ruido capaz de alterar las condiciones normales en el ambiente en una determinada área. Estas alteraciones pueden ser debido a actividades humanas o externas tales como tráfico, industrias, construcciones, aviones, entre otros. El ruido emanado de éstas, en su gran mayoría ocasiona efectos muy negativos para la salud física y mental de los seres humanos, y en ocasiones llega afectar a los animales siendo que estos últimos tienen mayor capacidad auditiva.
A diferencia de otros tipos de contaminaciones, el sonido no se acumula, traslada o perdura en el tiempo, pero si puede causar grandes daños en la calidad de vida de las personas si no se toman medidas de control.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), el límite superior de acústica al aire libre es de 55 decibeles; sin embargo, en lugares como la ciudad de México, los niveles oscilan entre 70 y 99 decibeles. En consecuencia, desde 1972, la OMS reconoció al ruido como un agente contaminante y como una falta cívica.
Los niveles permitidos dependen mucho de los horarios del día. Por ejemplo, durante las horas primeras y hasta la tarde, pueden estar entre 50 y 65 decibelios; mientras que al caer la noche lo recomendable es de 40 a 55. Sin embargo, es necesario señalar que en la mayoría de los casos estos límites no se respetan y es entonces en donde observamos la contaminación acústica afecta directamente a problemas de salud.
Consecuencias de niveles altos de contaminación acústica en estructuras:
Los anteriores son sólo algunos, porque se pueden presentar síntomas que en ocasiones sería imposible asociar con el ruido, tales como niveles altos de colesterol y afecciones cardíacas.
Es un hecho que todos podríamos exponer una infinidad de ejemplos personales que corroborarían el impacto del ruido en nuestro bienestar mental y físico. Pero ¿esto por qué nos ocurre? Quizás la explicación más sencilla es que la interacción que pueda existir entre situaciones emocionalmente complicadas y determinados sonidos, puede llevarnos a apreciarlos aún más. Eventualmente, el desequilibrio entre estos dos factores, puede disparar una reacción emocional negativa en nosotros.
Hoy día, la mayoría de los edificios nuevos están diseñados pensando en cómo evitar el ruido, pero para aquellos que no encajan en esta categoría de nueva construcción, a continuación se presentan algunos consejos que pueden ayudarlo a hacer que un hogar o nuestro sitio de trabajo tenga un ambiente más tranquilo y agradable.
Así que es importante hacer de nuestra casa un refugio contra la contaminación acústica; así como buscar esos momentos de silencio y cuidar especialmente nuestro descanso nocturno.
"El silencio es el ruido más fuerte, quizás el más fuerte de los ruidos"...Miles Davis.
Fuente: LAMINAS Y ACEROS
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