Tanto el proceso de galvanizado como el pintado o pintro, son recubrimientos o acabados que se pueden aplicar al acero para mayor protección o estética. Es importante conocer las diferencias que tienen estos procesos para poder elegir el tratamiento que se adapte mejor a las necesidades de la construcción.
Una de las razones principales por la que es necesaria la consideración de algún recubrimiento en el acero, es la corrosión, que son un conjunto de alteraciones físicas y químicas que se dan en el material a causa de factores naturales en el ambiente. De igual manera el acabado puede ser considerado en caso de necesitar cierta estética y durabilidad.
Galvanizado
El acero galvanizado se obtiene de un proceso en el cual se le da un recubrimiento de ZINC a la lámina. Esta capa añadida de Zinc no solo es una película, sino que gracias a sus propiedades, el acero y este material tienen una unión metalúrgica creando una aleación. De esta forma el acero se vuelve altamente resistente.
Este proceso se puede llevar a cabo de tres formas diferentes:
Pintado
El recubrimiento pintado, es de igual forma un método para proteger a la lámina de la corrosión, aumentando el nivel estético. Se puede aplicar en lámina lisa o acanalada. Sus principales usos se dan en, techos de naves industriales, bodegas y estructuras en las que se requiera de una no muy alta fuerza estructural. La lámina pintro también es galvanizada pero esta tiene un acabado estético que brinda otras ventajas importantes.
Algunas de las principales razones por las que es utilizado:
Esta decisión depende 100% de las necesidades y funciones que se le darán al producto. Para elegir el proceso al que se someterá la lámina las ventajas de cada recubrimiento deben de ser claras y consideradas para que su aplicación sea óptima y efectiva.
Link: Láminas y aceros
Fuente: Ternium