Laminas y Aceros

Xcabachen, un lugar cubierto de enigmas.

Written by Landy Ordoñez | Oct 18, 2025 3:00:00 PM

¿Habías oído la leyenda de este sitio? Pues aquí te lo relatamos. Circundado de espesura tupida y enigmática, se localiza la caverna o pozo Xcabachen, En la península de Yucatán, un lugar cubierto de enigma. De acuerdo con una vieja leyenda maya, esta caverna o pozo de agua sería el último sitio con agua en el mundo, un cobijo bendito en temporadas de escases y agobio. La caverna o pozo Xcabachen, es más que una sencilla oquedad con agua. Se encuentra ubicado a unas calles del centro histórico de la localidad de Maní, Yucatán.

 

Esta leyenda nos rememora el vínculo que hay entre las poblaciones nativas y el agua, un medio vital y sacrosanto. Un minúsculo ojo de agua en el interior de una cueva parcialmente abierta, la cultura maya pensaba que era bendito. Según la leyenda, se comenta que, en la población de Maní, Yucatán vivía una hechicera con poderes de predicción concedidos por los dioses del Mayab. Decían que esta hechicera profetizó varios acontecimientos como son el arribo de los españoles, la manifestación de enormes ‘animales’ que transportarían a los mortales a largos recorridos, y una próxima guerra por el agua. 

No obstante, en una de sus predicciones, la hechicera expresó que una vez que el mundo llegue a su final y el agua se haya terminado, La caverna o pozo Xcabachen sería el único sitio que tendría agua en la Tierra. Pero se decía que en esa etapa de exagerada urgencia, una defensora maya saldrá de la caverna con una culebra en la mano, personificando al dios Kukulkán. Esta imagen requerirá que alguien se sacrifique, como un regalo para poder alimentar a la serpiente divina. Por ende, la defensora obsequiará, por cada sacrificio, una cascarilla de cocoyol repleta de agua. Los mortales que tenían suerte de ingerir este fluido bendito jamás volverán a padecer sed, consolidando así su subsistencia en un mundo destruido. 

El acceso a la caverna o pozo fue prueba de un desconsolado suceso en al momento de la conquista española, renombrado como el «acto de fe». Fray Diego de Landa dispuso de la cremación de manuscritos, documentos y figuras mayas para cristianizar a la comunidad de la localidad. Igual ese acceso aún resguarda una vieja cerca de piedra y un zaguán que evoca tiempos pasados. Una ladeada escalera traslada a las visitas hasta el interior de la cueva, donde se ubica el ojo de agua que ha infundido leyendas. Para los mayas, este sitio no era nada más una fuente de agua, sino un lugar bendito que comunicaba con lo celestial y lo enigmático. 

Fuente: mexicodesconocido.com.mx

Otra Fuente: laminasyaceros.com