Todo parece indicar que el mundo empieza a recobrar la normalidad; diversos países ya han tomado medidas diferentes para lograr una "nueva normalidad". Sin embargo, ¿qué sucede después de haber pasado una pandemia de COVID-19 inesperada por todos? La respuesta es variada a cualquier sector de la población, pero las empresas uno de los actores más afectados hoy adoptan medidas diferentes para salir adelante luego de este embate.
Es incontable la cantidad de empleos perdidos durante la pandemia, pero lo que si podemos decir es que hoy vivimos bajo una nueva realidad. Según estimaciones del Banco Mundial una cuarta parte de las empresas alrededor del mundo cayeron en un 50% y las ventas disminuyeron en un 27%. Aun en estos días pese al levantamiento de restricciones, se mantiene la convivencia bajo la sana distancia, en lugares cerrados y transportes público se recomienda el uso de cubrebocas y la vacuna contra el coronavirus en alguno lugares es una condicionante para desempeñar labores. Aunque hoy la gran mayoría nos encontramos vacunados, las autoridades no prevén la desaparición de todas las medidas establecidas para la contención del virus, pero sí hacen ajustes en la obligatoriedad ejercida sobre algunos protocolos para instituciones públicas y empresas privadas.
Lo que en un principio se volvió un tema obligado, hoy se considera como una nueva opción de forma laboral, el trabajo remoto, puede ir creciendo, y esto hará que trabajar desde casa sea permanente al menos para cierto porcentaje de empresas. Por otro lado, en otras áreas, podemos ver una aceleración de la automatización del trabajo.
La crisis de salud vivida también nos ha enseñado el valor de estar preparados ante posibles las pandemias. Esto significa que las empresas deben tener políticas y prácticas listas para funcionar cuando sea necesario. Mantener programas preventivos y simulacros para garantizar la solidez de sus sistemas.
Lo que si es una realidad es que ante la situación actual el único camino que podemos optar es responder ante los retos: refugiarnos en lo que ya conocemos, o bien ver esto como una oportunidad para reiniciar y transformar. El futuro está implícito en las decisiones que tomemos hoy y las compañías necesitan elegir sabiamente sus próximos pasos. La sociedad en general debe tener agilidad, capacidad de adaptación y, por ende, resurgir aún más fuertes para seguir habitando el orbe de manera más sana y sabía.
Fuente: Merca 2.0