Hoy vivimos en una sociedad preocupada por conservar y preservar el medioambiente de manera correcta y adecuada. De esta forma podemos asegurar la permanencia en el planeta tierra por muchos años de humanos y diferentes especies.
Es por ello que las diferentes industrias realizan mayores esfuerzos por aportar en este tema. En esta ocasión nos referimos a un material totalmente reciclable "el acero".
Los áridos siderúrgicos son un subproducto generado en los procesos de fabricación de acero, en palabras más comunes conocidos como escorias negras de acería, que tras su tratamiento pasan a ser una materia prima al alza por su gran resistencia al desgaste, su durabilidad y su sostenibilidad. El uso de chatarra es un ejemplo vivo de economía circular de la industria siderúrgica y su visión de la oportunidad que supone tanto para el propio sector como para la sociedad en general. Lograr el objetivo de la circularidad es requiere que los productos que utilicemos estén fabricados con materiales 100% reciclables y cuyo reciclaje sea rentable y sostenible.
En la industria acerera, empresas como Ternium utilizan la chatarra como sinónimo de productividad. Para ellos, todos aquellos sobrantes de acero utilizados en otros procesos adquieren un nuevo papel al fundirse con arrabio del alto horno para convertirlo en acero líquido y producción de placas. Aunque la parte económica es uno de los principales atractivos de este reciclaje, el beneficioso para el medio ambiente lo es aún más, con una reducción en las emisiones de dióxido de carbono (CO2), energía, agua y recursos no renovables como el mineral de hierro, el carbón y la piedra caliza. La sustentabilidad radica en la reutilización de los desechos y coproductos internos y externos.
"La chatarra puede influir en la calidad del acero; sin embargo, controlamos el tipo que compramos, inspeccionamos lo que recibimos y definimos la mezcla que se puede usar para cada tipo de acero producido, evitando la contaminación y garantizando la calidad"... Ternium
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