Fue en los años 50's donde se escucho por primera vez el término “epigenética” por el genetista y embriólogo escoces Conrad H. Waddington; quien lo definió como “el análisis causal del desarrollo”, que implica todas las interacciones de los genes con su medio ambiente. El investigador desarrolló el concepto del “paisaje epigenético”, que trata la visualización como cimas y valles que representan regiones con alta y baja concentración de marcas epigenéticas, respectivamente.
Estos puntos representan los destinos finales de las células es decir, los diferentes tipos de tejido. El mencionado paisaje epigenético describe las opciones que tiene una célula en un embrión; los puntos clave del desarrollo, y se dirige hacia un punto u otro por acción de factores inductores embrionarios o genes homeóticos (aquellos que, al sufrir mutaciones, producen cambios en las rutas del desarrollo y ocasionan defectos fenotípicos conocidos como “transformaciones homeóticas”; Slack, 2002).
Básicamente el término “epigenética” es un campo emergente de la ciencia que estudia los cambios hereditarios causados por la activación y desactivación de los genes sin ningún cambio en la secuencia del ADN. La epigenética es una palabra de origen griego y significa literalmente por encima (epi) del genoma.
Los genes son los que dan instrucciones a las células que definirán desde todos y cada uno de los detalles que conforman un ser humano. Desde el color de los ojos, cabellos, piel hasta el funcionamiento de órganos internos como pulmones, corazón, riñones; inclusive la propensión a sufrir de enfermedades como el cáncer, la diabetes o hipertensión, sólo por mencionar algunas.
Los biomarcadores genéticos y epigenéticos son potencialmente útiles en el diagnóstico temprano y del riesgo de desarrollo de enfermedades, así como para predecir la eficacia de un posible tratamiento o consecuencias clínicas de diferentes tumores. Además, algunos de estos marcadores se expresan en estados tempranos del desarrollo del tumor y por lo tanto, brindan una oportunidad de intervenir y diseñar estrategias de un tratamiento oportuno.
Los registros epigenéticos actúan como una memoria para todas y cada una de nuestras células y son reversibles. Quiere decir que una de las características del epigenoma es que no se mantiene estático en el tiempo, por el contrario puede modificarse a lo largo de nuestra existencia, incluso puede alterarse por los cambios en el estado de salud. El epigenoma registra cada una de los cambios de las células y la forma en que influye el ambiente sobre ellas.
Es innegable que la ciencia nunca dejará de sorprendernos y causar gran admiración. La epigenética continua avanzando en investigaciones que arrojan resultados sorprendentes y positivos en el campo de la genética y la salud. Sin embargo; mientras esos estudios continúan en desarrollo; a nosotros nos corresponde hacer lo propio: mantener una vida saludable (no es opcional), comer alimentos que refuercen nuestro sistema inmunológico y quizás uno de las recomendaciones más importantes y en la que muchos algunos fallamos es ¡HACER EJERCICIOS!.
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Fuente: BBC