Referirse a la posible compatibilidad de dos o más materiales, es indicar que no exista ninguna interacción perjudicial o nociva entre ninguno de ellos; sin embargo, si alguno de ellos presenta al menos una posible reacción es entonces donde se dice que hay una incompatibilidad.
En este blog pretendemos presentar la incompatibilidad que se presenta entre los materiales más comunes usados en la construcción, lo que afecta a su durabilidad y es la base de posibles procesos patológicos.
Esta posible desigualdad entre materiales puede ser por: planos de debilidad, presencia de impurezas, fallos intrínsecos o por diversidad de coeficientes de dilatación térmica. Sin embargo, es importante señalar, que así como se puede presentar está situación; existe la excelente relación o combinación en otros elementos presentes en un una obra de construcción.
Acero: en el caso de este material, presenta su principal incompatibilidad con cualquier elemento de fundición. Ciertamente el acero puede ser combinado sin mayor respuesta con materiales pétreos o de origen cementoso; eso se debe principalmente a su alto PH. Por otro lado, cuando el acero no se protege también es incompatible con materiales higroscópicos tales como la madera y el yeso. En el caso de las maderas, existen algunas como: cedro, teka o nogal que contienen sustancias químicas que aceleran el proceso de corrosión.
Cuando se utiliza la combinación cemento (hormigón) con acero, como lo es el caso de bases o garras de sujeción; en ocasiones es posible que se puedan producir efectos de corrosión producidas por las corrientes galvánicas.
Acero inoxidable: el principal agente incompatible con este material es el acero al carbón sobre todo si se encuentra expuesto a la intemperie. Sin embargo, hay posibilidad de mezcla de estos dos; si existe un agente medio alcalino como el hormigón no es necesario separarlos. El acero inoxidable también es incompatible con otros tipos de metales tales como: latón, bronce, níquel o titanio.
Cuando cualquier tipo de metal entra en contacto con un electrolito, se forma lo que se conoce como una celda galvánica (se refiere la celda electroquímica que se produce al contacto de dos o más metales a través de un puente salino) porque metales diferentes tienen diferentes potenciales de electrodos o de reducción.
La corrosión es el resultado de metal anódico (el que tienen menor potencial de reducción) más rápidamente que de otro modo; a la vez, la corrosión del metal catódico (el que tiene mayor potencial de reducción) se retrasa hasta el punto de detenerse.
Hay técnicas que pueden ser empleadas para evitar que nuestras piezas puedan sufrir algún tipo de reacción por incompatibilidad, sólo por mencionar algunas: la protección catódica mediante ánodos de sacrificio, técnicas de galvanoplastía o la elección de dos o más metales que tengan potenciales similares.
Es importante señalar que antes de definir los materiales a usar en nuestra obra tengamos la información completa de sus propiedades y posibles combinaciones con otros materiales para evitar daños en nuestras estructuras.
Link: LAMINAS Y ACEROS
Fuente: Patologías de la construcción