La margarita se conoce a la planta con la flor blanca, de centro naranja o amarillento y con unos pétalos de color blanco muy limpios y puros. Es una planta que puede alcanzar los 90 cm de altura y que florece cada verano, año tras año, sin necesitar demasiados cuidados. Es una planta de contrastes: tenemos un fondo de verde muy intenso y oscuro, un pétalo blanco y un tono intermedio de amarillo.
Su nombre científico es Chrysanthemun Leaucanthemum o Margarita común e incluso en otras regiones la llaman Chiribita y en inglés se llama Daisy. Esta planta nos traslada a la infancia y por eso se asocia a la inocencia e incluso la pureza de los infantes. Dentro de la niñez, era común cosecharla con la mano e ir eliminando los pétalos uno a uno al pensamiento o a viva voz de "Me quiere o No me quiere", pensando en el primer amor de la infancia. Así que es una flor romántica que ha marcado muchos destinos de amor juveniles y ha llenado de ilusiones a otros.
Esta planta perenne es de crecimiento rápido y sólo tarda entre 90 y 120 días de pasar de semilla a crecer totalmente. Hay que plantarla en climas templados, aunque es una planta resistente a todas las condiciones. En cuanto dónde ubicarla, tiene que ser en el exterior, a una separación de otras plantas de 60 cm o 1 metro, y plantarla directamente en la posición final, ya que estas plantas no soportan bien el trasplante. Hay que reproducirla mediante semillas que se pueden conseguir de la misma planta o en cualquier tienda de flores. Una vez obtenida la semilla, hay que enterrarla a muy poca profundidad, ya que necesita la luz solar para germinar.
El riego tiene que ser escaso, muy escaso, ya que está adaptada a un clima seco, así que hay que hacerlo en pequeñas cantidades y sólo humedeciendo la tierra.
En cuanto al resto de cuidados, como puede ser la fertilización, hay dos maneras de plantearla:
Crecimiento de la planta en extensión: tenemos que abonarla con materia orgánica, con ello el verde predominará.
Más cantidad de flores y floración: mejor no abonarla.
En caso de querer abonarla, debe ser una vez al año en la época justo después de la floración. Esta florece cuando llega la primavera y durará en flor todo el verano e incluso, si le damos el cuidado adecuado, puede llenarnos de flores en principio de otoño. Producen muchísimas semillas por flor, tanto que no tendremos que preocuparnos más por ellas.
Para extraerlas tenemos que retirar la flor dejando que seque y una vez seca, ir rompiendo las flores mientras crujen y suelta las semillas que podemos plantar directamente otra vez.
Fuente: Florespedia
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