Es fácil caer en el error de pensar que cuentas con mucho más tiempo del que realmente tienes, lo que te lleva a extender las tareas y al finalizar el día ni terminaste lo planeado ni hiciste las tareas siguientes.
Tienes un enfoque de todo o nada
Para poder tener un enfoque debes de crear buenos hábitos y para crearlos no tiene que ser de golpe, puede ser empezar con pequeñas cosas como guardar tu teléfono en el cajón mientras haces cierta actividad planeada, esto te ayudará a aumentar tu productividad, pero ojo, éstas prácticas hazlas poco a poco ya que hacer todo de golpe puede causarte frustración y causar el efecto contrario.
Hay actividades que no se consideran prioridad ya que no siempre tienen que estarse haciendo como llevar el coche al servicio, darle mantenimiento a la computadora o cambiar los focos del baño; sin embargo, en algunos casos en los que hacer esto puede afectar tu productividad.
Ignorar fugas de tiempo y energía, por más pequeñas que sean
Un ejemplo de fuga de tiempo puede ser cuando tienes una fecha de entrega para un proyecto y te distraes con tu teléfono ya sea jugando o atendiendo una llamada que no tiene nada que ver con lo que estás haciendo y además se vuelve muy larga o también enfocarte en tareas que no son tan urgentes o prioritarias toman tiempo de tu día.
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Fuente: Harvard Business Review