En blogs pasados publicamos el primer y segundo caso en el cual es necesario limpiar el acero galvanizado, recordemos que el acero galvanizado es acero con un revestimiento de zinc unido firmemente, el cual previene la corrosión y aumenta la longevidad y durabilidad del acero.
A menudo lo puedes encontrar en láminas delgadas de metal, canaletas, puertas y capós de vehículos. Aunque el acero galvanizado es resistente a la oxidación, puede ensuciarse y debe manipularse con mucho cuidado. Si lo cuidas y limpias con regularidad, podrías incrementar su tiempo de vida útil y mantener su aspecto durante mucho tiempo.
Normalmente puede haber 3 casos en el cual sea necesario una limpieza de tus materiales de acero galvanizado:
En este blog te presentaremos el tercer caso.
1. Raspa la pintura inicial con una espátula de madera o de plástico. No utilices una espátula de metal para rasparla, ya que podrías rayar y arruinar la superficie fácilmente. Avanza con el raspado y quita trozos grandes de pintura, luego concéntrate en las partes más pequeñas. No te preocupes por sacarla completamente, ya que utilizarás un proceso químico para eliminar el resto.
2. Restriega la pintura con un diluyente estándar de pintura. Si la pintura está fresca, puedes utilizar un cepillo de nailon y un diluyente de pintura para eliminarla del acero galvanizado. Aplícale diluyente de pintura a tu metal galvanizado con un trapo y procede a trabajar con tu cepillo de nailon.
3. Limpia el acero con un decapante no alcalino para pintura endurecida. La pintura que se ha secado y endurecido es más difícil de eliminar. Por fortuna, muchas pinturas reaccionan mal con el zinc que se encuentra en el acero galvanizado, de modo que se pelarán y descascararán una vez secas, lo cual hace que sea más fácil quitarlas.
4. Enjuaga el decapante de pintura por completo después de lavarlo. Todos los productos químicos que queden en el acero pueden cambiarle el color con el tiempo. Asegúrate de eliminar todo residuo enjuagando el acero con agua fresca.
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