Es posible que hayas escuchado el anglicismo "coworking" pero, ¿Estás completamente seguro sobre a qué se refiere este término?
Empecemos por el principio, el "coworking" o cotrabajo, es un sistema en el que un grupo de trabajadores independientes (conocidos popularmente como freelancers) y emprendedores comparten un espacio físico de trabajo para compartir también los gastos fijos derivados de contar con una oficina. Pero lo mejor de este sistema es que además de compartir espacio tienes la oportunidad de compartir experiencias y conocimiento que dan pie a nuevos proyectos.
Es un estilo de trabajo autodirigido que se caracteriza por ser colaborativo, flexible y voluntario; se basa principalmente en la confianza mutua y el intercambios de valores fundamentales y comunes entre todos los que participan. Compartiendo un mismo ambiente laboral pero teniendo actividades comerciales independientes. Es muy importante resaltar que la base del "coworking" radica en su comunidad. Esto no quiere decir que necesariamente los "coworkers" (compañeros) tengan que participar de las actividades e iniciativas del espacio, pero sí, debe de haber un gestor o "community builder" (encargado de la comunidad) que dinamice y vele por la integridad del espacio. Deben regirse por una serie de normas de convivencia que permitan que el clima de trabajo sea el adecuado para toda su comunidad. Este es el principal matiz que lo diferencia de un HUB, oficina compartida o centro de negocios.
Estos espacios son atractivos para los miembros en muchas maneras. Una de sus principales ventajas es que tienen facilidad de ubicaciones en gran mayoría de ciudades alrededor del mundo, lo que significa que probablemente encuentres uno cerca de tu hogar, área de movimiento o bien cuando estés de viaje y requieras solucionar imprevistos de oficina fuera de tu ambiente laboral. Los planes de pago pueden ser variados y van desde espacios abiertos tipo barra, salas de conferencias, salones de reuniones desde 2 a 10 personas o un simple escritorio. Todos con los elementos adecuados que se necesitan para realizar un trabajo de oficina. Las rentas de espacios pueden ser por hora, por días, por semana, por mes o por año. Paquetes flexibles para todas las necesidades laborables. Lo mejor de todo es que no se requiere de ninguna instalación previa; se proporcionan todos los servicios y el equipo necesario, como su propio escritorio y un teléfono personal. "El único requisito es presentarse y comenzar a trabajar".
El diseño de este tipo de lugares de trabajo no debe ser un espacio frío o cuadrado… este debe adaptarse a las necesidades de la comunidad y ser flexible para adecuarse a cualquier cambio en el modelo de negocio.
Cada coworking es un mundo, depende del local, de la comunidad, si está especializado o no, si es de propiedad o alquilado, si inviertes en reformas, del mobiliario… no hay una fórmula secreta para diseñar un coworking porque cada espacio es único.
Se recomienda que la persona encargada de su diseño conozca de la filosofía del coworking. De ser posible, que haya trabajado en uno. Así como hay arquitectos expertos en diseñar hospitales, aeropuertos, centros comerciales también hay otros especializados en espacios colaborativos. Tu espacio debe respirar tu branding y transmitir los valores de tu empresa. Puedes hacerlo a través del interiorismo con el uso de materiales, señalética, colores, acabados y texturas. Hasta la música de fondo, las amenidades y el olor del espacio crearán una experiencia única para la comunidad.
Emprender en comunidad y formar parte de un círculo de confianza, mientras compartes tu experiencia con otras personas que te acompañarán en el desarrollo de tu empresa. Esta vivencia te permite crecer a nivel personal y profesional.
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Fuente: Archdaily